jueves, 4 de octubre de 2012

Jurassic Park: versión neoyorquina.




Ya es oficial, los New York Knicks 2012/2013 han completado la plantilla más veterana de la historia de la NBA. El fichaje de Rasheed Wallace, que vuelve tras retirarse acabadas las finales de 2010, lo ha hecho posible.

La lista de veteranos en los nuevos Bockers es interminable: Kurt Thomas (40 años), Jason Kidd (39), Marcus Camby (38), Rasheed (38), Pablo Prigioni (35)... cada unos de ellos con un rol diferenciado. Los 3 jugadores interiores deberán ayudar a la pareja titular que forman Stoudemire y Chandler, dándoles minutos de descanso de calidad. Camby demostró la pasada temporada en Portland que aún puede aportar rebotes y defensa durante 20 minutos, a Sheed habrá que verle tras tanto tiempo de retiro.

Los dos bases también llegan a la capital de mundo para complementar al presumible titular en esa posición: el hijo pródigo Raymond Felton. Contar con un veterano como Kidd en plantilla supone un valioso activo para un grupo que quiere volver a ser protagonista en postemporada, más allá de lo que Jason aporte en la pista: un tipo con 18 temporadas en la liga y 3 finales a sus espaldas tendrá siempre el mejor consejo, tanto para Felton como para el resto de compañeros, durante el duro tránsito por la jungla de los playoffs.

El caso de Prigioni es radicalmente opuesto. Los aficionados a la liga ACB sabemos que Pablo es un líder, un caudillo capaz de elegir siempre la mejor opción de pase y controlar a la vez todo lo que puede suponer un impacto en el partido (compañeros, rivales, árbitros, aficionados, el tipo que vende las palomitas...). Pero, pese a sus 35 primaveras y a su vastísima experiencia, no deja de ser un rookie en la mejor competición del planeta basket, y deberá ganarse el respeto de su equipo y del estamento arbitral gradualmente. No parece que Pablo vaya a contar con demasiados minutos de juego a priori.

Veteranía para volver a pisar las semifinales de conferencia, territorio vedado para los Knicks desde el año 2000. El anillo mejor ni mentarlo, pese al optimismo exacerbado de algunos integrantes del roster.

En el 40 aniversario del último de los dos títulos, los Knicks quieren volver a la picota de la liga, desde su particular Jurassic Park en la Gran Manzana.




miércoles, 3 de octubre de 2012

La penúltima bala de Beasley...



Beasley se muda, con su talento y sus problemas a cuestas. De la fría Minnesota al árido desierto de Arizona. Los nuevos Phoenix Suns, en reconstrucción total, van a necesitar de la mejor versión de su nuevo 3-4 si desean completar una temporada decente.

La historia de Michael la conocemos todos: nº2 del draft de 2008, ya en los meses previos a su reclutamiento por los Miami Heat corrieron ríos de tinta acerca de sus problemas de estabilidad y concentración. Esas lacras le han impedido desarrollar una trayectoria profesional acorde a sus inmensas posibilidades.

Alero de 2,08 metros y 108 kilos de peso, el rango de tiro y la movilidad de Beasley le convierten en un peligro ofensivo de primer orden. Así lo demostró a rachas en los Heat (13.9 puntos por noche en su año rookie, saliendo desde el banquillo. 14.8 puntos y 6.4 rebotes como promedios en su segundo año) y en su primera temporada en unos perdedores Timberwolves (19.2 puntos y 5.6 rebotes por noche). Capaz de atacar el aro con violencia o anotar desde la línea de 3 puntos con muy respetables porcentajes de acierto, los problemas para el ex de Kansas State llegan en facetas relativas a la regularidad y a la ética de trabajo. Ejemplo claro es su desempeño defensivo, prácticamente nulo hasta ahora cuando, por sus condiciones físicas, debería aportar mucho más en las vertientes reboteadora y taponadora.

La pasada temporada problemas de lesiones y de nuevo una de sus habituales desconexiones impidieron a Beasley dar continuidad a su buen primer año en los Wolves, para acabar aportando 11.5 puntos, relegado a la segunda unidad por Rick Adelman. Enésima oportunidad de confirmación perdida, y traspaso a los derruidos Phoenix Suns.

Con la salida de Steve Nash rumbo a los Lakers nada queda ya de los impactantes Suns del Run & Gun, que luchaban por el cetro de la conferencia oeste hace unos años. El nuevo equipo de Alvin Gentry se presenta como una oportunidad idónea para tipos como Goran Dragic o el protagonista de nuestra entrada, jugadores con talento pero que necesitan dar un golpe sobre la mesa y encontrar su sitio en la mejor competición de basket del planeta.

Penúltima bala para Michael, en una escuadra sin grandes pretensiones a priori. Ecosistema ideal para volver a ese sendero hacia el estrellato que la mayoría pensamos que ya nunca retomará...




miércoles, 19 de septiembre de 2012

The (Second) Unit.

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Cada vez más en el baloncesto profesional, la profundidad de plantilla se convierte en un arma clave para los equipos aspirantes a llegar hasta el final de las competiciones. En el basket europeo la importancia de un roster largo se multiplica, pero también en la NBA es un factor a considerar.

La semana pasada Robert Horry se desmarcaba declarando para los medios norteamericanos que los Lakers no estarían en las finales de 2013. Y la clave de la argumentación de Big Shot Rob era la inferioridad del banquillo angelino ante los de Heat y Thunder. Desde luego un veterano de los playoffs como Horry (ganador de 7 anillos repartidos entre Rockets, Lakers y Spurs) es una voz a tener en cuenta pero... ¿Es realmente el banquillo de los finalistas del curso pasado tan superior al de la tropa de Mike Brown?.

- Miami Heat: el banco de los campeones resultó decisivo en la batalla final por el anillo, pese a su irregular aportación considerando el total de la temporada. Para la nueva campaña Rashard Lewis, Shane Battier y el sophomore Norris Cole aportarán anotación por fuera, y veteranía en el caso de los dos primeros. Además Udonis Haslem ayudará con su intensidad bajo tableros, en los partidos en los que Chalmers, Allen, Wade y Lebron partan juntos en el quinteto inicial.

- Oklahoma City Thunder: evidentemente el mejor sexto hombre de la liga lidera la segunda unidad del Trueno. James Harden aporta puntos, rebotes, asistencias y hasta un buen trabajo en defensa en los más de 30 minutos que acaba jugando cada noche. Más allá del barbudo están Nick Collison (en un rol similar al de Haslem en Miami) y Daequan Cook y Eric Maynor para dar descanso a los jugadores exteriores. Habrá que ver las primeras evoluciones del rookie Perry Jones, que se unirá a los jugadores de refresco.

- L.A Lakers: finalmente llegamos al banco de la discordia. El brillo de Nash y Howard no debe cegarnos a la hora de valorar el resto del trabajo de Kupchack. Antawn Jamison será el encargado de liderar la segunda unidad angelina. A nadie se le escapa que el alero formado en North Carolina ha visto pasar ya 36 primaveras, pero se trata de un antiguo ganador del premio al mejor sexto hombre de la liga (en 2004 con los Dallas Mavericks), lo que casi garantiza una buena adaptación al supporting cast. Eso y su talento ofensivo serán claves para los Lakers, unido a un peligroso tirador como Jodie Meeks, los descansos que Blake y Duhon puedan dar al mago canadiense, y la aportación interior de Jordan Hill.

3 grandes banquillos a los que habría que añadir otras plantillas de primer nivel como las de Clippers (con Jamal Crawford, Lamar Odom, Grant Hill, Eric Bledsoe y Matt Barnes formando la segunda unidad más poderosa de la liga) o Celtics (con Avery Bradley, Jeff Green, Courtney Lee y los rookies Fab Melo y Jarred Sullinger).

El debate está abierto: ¿quién parte con el mejor banquillo de la liga?.

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

NBA Preview: División Suroeste

- San Antonio Spurs: el imperio eterno. Desde que Popovich y Duncan aunaran esfuerzos en 1997, los Spurs no han faltado nunca a los PO, siempre compitiendo. El curso pasado se les dió por acabados en base a la edad de sus puntales, pero los tejanos se plantaron en las finales del oeste tras completar unas inmaculadas eliminatorias por el título, hasta que se toparon con los Thunder. Tim Duncan hace años ya que enfiló la decadencia, pero debidamente utilizado es capaz de dar lecciones como la que se llevó la pasada temporada Blake Griffn, y sin cobrarle nada. Lo mismo puede decirse de Ginobili, con recurrentes problemas físicos pero letal aún saliendo desde el banquillo. Tony Parker viene de la mejor Regular Season de su carrera y ya es el líder absoluto del grupo. Tras ellos una plantilla made in Pops, con varios elementos a los que el sargento saca siempre el mayor de los provechos: Splitter, Green, Neal, Bonner, Blair (pese a desparecer de la rotación en los PO), más los veteranos Boris Diaw y Stephen Jackson. El que escribe arde en deseos de contemplar las evoluciones de De Colo en la mejor liga del mundo.¿Quién se atreve a descartarlos de inicio?.

- Memphis Grizzlies: pese a la decepción de la pasada temporada, podrían ser una de las grandes alternativas a los poderes fácticos del oeste. El combo Gasol-Randolph está en el podio de los mejores juegos interiores titulares de la competición, y por fuera el dúo Gay-Allen cubre las necesidades ofensivas y defensivas de la tropa. Debilidad en la posición de base: Conley cumple pero no tiene sustitutos de garantías. Speights y Arthur, a ayudar desde el banquillo.

- Dallas Mavericks: de no haberse dado ese arreón final de los Lakers, Cuban era el candidato nº1 a mejor pescador del mercado estival. Los Mavs se han sobrepuesto a la desbandada inicial y este año entre los nuevos compinches del gran Dirk Nowitzki se cuentan O.J Mayo como presumible escolta titular, Kaman ayudando en la zona, Elton Brand y Dahntay Jones para potenciar la segunda unidad, y Darren Collison para luchar por el puesto de playmaker con Beaubois. Siguen Marion, Carter y el inestable Delonte West. Profundísimo roster al servicio de Carlisle, para olvidar la decepción de los pasados POs.

- Houston Rockets: más allá de la llegada del fenómeno Linsanity, no pintan demasiado bien las cosas para el tercer equipo tejano según los records de la 2011/2012. Equipo entregado a un Jeremy con casi todo por demostrar aún, que tendrá a Kevin Martin como principal ayuda. Más allá de ellos y el talento a ráfagas del argentino Delfino, un erial. Asik deberá mostrar el porqué de su nuevo y surrealista contrato (aunque su grado de culpa es nulo, el center turco se limitó a firmar lo que la gerencia Rocket le ofreció). Veremos de lo que son capaces los rookies Lamb, Jones y el portento físico Royce White. Condiciones idóneas para que Patrick Patterson explote... O se quede en el camino.

- New Orleans Hornets: expectación máxima ante el desembarco de Anthony Davis. El nº1 del draft dominó la competición universitaria y dejó buenas sensaciones en los pasados Juegos. Bastión defensivo con margen de progresión en ataque. El talentoso Eric Gordon liderará el equipo junto al ex de Kentucky y a un Ryan Anderson que completó una gran temporada en Orlando. Vasquez y Henry, dos point guards con margen de mejora. Creciente interés sobre el rookie Austin Rivers (hijo del coach de los Celtics) tras sus fogonazos en Duke.

martes, 11 de septiembre de 2012

NBA Preview: División Pacífico.

- L.A Lakers: la gran amenaza a la pronosticada dinastía de Oklahoma en el oeste. Un equipazo sobre el papel, confeccionado para ganar en presente. Steve Nash llega para ser ese base de primer nivel que los de la Avda Figueroa llevan lustros buscando, y no hay dudas de que será perfectamente capaz de mover al equipo pese a sus 38 primaveras, tal es su talento. Pero es que además llega el monstruoso Dwigth Howard para compartir la pintura con Pau Gasol, un dúo devastador en la temporada que permanecerá como poco Supermán en California. Antawn Jamison, el cañonero llamado a liderar la segunda unidad, otra de las novedades junto al tirador Jodie Meeks (tipología de jugador que necesitaban los de amarillo y púrpura). Y todos liderados por el gran Kobe Bryant, leyenda viva que deberá compartir el balón con Stevie en busca de su 6º anillo. Se esperará de Metta World Peace un mayor nivel defensivo del exhibido el curso pasado.

- L.A Clippers: los Clips volvieron a la picota con el fichaje del gran Chris Paul, pero San Antonio les dió una valiosa lección en 2ª ronda de los PO. Esta temporada la tropa del pequeño general tendrá más profundidad gracias a los fichajes de Lamar Odom, Jamal Crawford, Grant Hill y Willie Green. Además vuelve un Chauncey Billups prácticamente inédito el curso anterior por las lesiones, y al que veremos compartir durante muchos minutos backcourt con Paul. Se espera de Blake Griffin una ampliación de su catálogo ofensivo, y tal vez que defienda un poco. Duro candidato en el oeste, y espectáculo garantizado con Paul mandando telegramas aéreos a Griffin y Jordan.

- Phoenix Suns: en Arizona se han movido bien en el mercado, para confeccionar una plantilla atractiva con la que competir en el Salvaje Oeste. Dragic debe mejorar el buen nivel de su última temporada en los Rockets para entrar por fin en la élite de los pointguards de la liga. Michael Beasley, un talento en bruto con posibilidades tan grandes como su total falta de profesionalidad y, lo que es aún más grave, de sentido común. Scola traslada su catálogo de movimientos de pies y competitividad al desierto, para acompañar por dentro a un Gortat al que hay que ver sin Nash a su lado. Jared Dudley, Shannon Brown y Channing Fye aportarán sus puntos. Vía draft llega Kendall Marshall, señalado de manera unánime como el mejor pasador de la camada de rookies. Debilidad evidente en la defensa.

- Golden State Warriors: en Oackland siguen sin rumbo fijo, con una plantilla con jugadores de talento pero repleta de incógnitas y sin ninguna fiabilidad. Andrew Bogut y Stephen Curry sanos podrían formar una pareja dentro-fuera importante en la liga, lo malo es que no suelen mantenerse en ese estado durante periodos significativos de tiempo. David Lee, Carl Landry y el sophomore Klay Thompson, los otros puntales del roster. Atención al rookie Harrison Barnes, interesante proyecto de cañonero. De nuevo plantilla con lagunas defensivas, faceta en la que también ayudaría mucho un Bogut con continuidad.

- Sacramento Kings: el paraíso del talento joven desaprovechado. Si los chavales de los Kings decidieran centrarse y jugar en equipo, el cielo sería su límite... Pero eso a día de hoy es una quimera. DeMarcus Cousins probablemente sea la mejor combinación de talento y físico existente en el gremio de centers de la liga, gobernada por una azotea francamente inestable. Colección de bases y escoltas con calidad pero dudosa regularidad: a Tyreke Evans (de una gloriosa temporada rookie a 2 años vulgares para su talento), Isaiah Thomas (muy buen curso como novato) y al anotador Marcus Thornton se une Aaron Brooks en busca del camino de base-escolta prometedor del que se desvió al salir de Houston. El rookie Thomas Robinson llega para dominar las pinturas de la liga junto a Cousins. Fredette debe aspirar a enfocar su carrera hacia un perfil  J.J Reddick.




NBA Preview: División Noroeste

Una vez terminado el repaso a  la conferencia este, es momento de empezar con el Wild West, comenzando por la división de los ultimos campeones del oeste.

- Oklahoma City Thunder: los finalistas de la NBA mantienen el núcleo joven aunque sobradamente preparado con el que parecen llamados a dominar la conferencia los próximos años. La derrota en las pasadas finales deberá servir de aprendizaje dentro del proceso evolutivo de Kevin Durant. La situación con Westbrook solo podrá tomar 2 caminos: bien aceptar su rol de segundo de abordo y calmar sus ansias de gloria y protagonismo, bien elevar gradualmente la tensión en el seno del vestuario (lo cual podría desembocar en una salida del base, en el peor de los escenarios). Ibaka renovado para seguir formando tándem interior con Perkins (se espera del congoleño un paso adelante en materia ofensiva). El siguiente en renovar por debajo del máximo deberá ser el barbudo Harden. Ojo al rookie Perry Jones III, alero muy versátil cuyo desplome final en el draft podría ser una bendición para su carrera.

- Denver Nuggets: posiblemente el equipo más divertido de la liga, a mayor gloria del gran George Karl. La anotación por bandera, un grupo con muchas y muy variadas armas (Lawson, Gallinari, Miller, McGee, Chandler, Brewer...) a las que sumar un alero versátil como André Iguodala, que mejorará además el nivel defensivo de la tropa. El sophomore Faried, a demostrar que puede ser algo más que mates e intensidad (poco probable). Koufos y Mozgov, dos 7 pies estancados. Disfrutemos mientras podamos de un genio como Andre Miller, ya en las 36 primaveras.

- Utah Jazz: orientados claramente hacia el juego en la zona, los Jazz practicaron un gran baloncesto durante varias fases del curso anterior, pero su techo parece ser la primera ronda de los PO. Todo empieza y acaba en Jefferson y Millsap, apoyados por un Favors en crecimiento. Por fuera llegan Randy Foye y Mo Williams para ayudar a Hayward, pero nada tendrá que ver el nivel del perímetro con el de los tipos de dentro de la pintura. Última oportunidad para un Marvin Williams muy lejos de las expectativas durante toda su trayectoria en Atlanta. La incógnita Kanter sigue sin ser desvelada.

- Portland Trail Blazers: el techo de los de Oregón parece que será luchar por una de las últimas plazas para los PO en el oeste. Aldridge y el renovado Batum son los llamados a tirar del carro, con Mathews y Hickson como principales ayudas. Mucho talento joven para el nuevo año en Portland: Damian Lillard y Meyers Leonard podrían ser el base y el pívot del futuro de la franquicia. Claver y Freeland llegan desde la Liga Endesa, ambos con un rol indeterminado a priori. Mejor pinta a futuro que a presente para la escuadra de Terry Stotts.

- Minnesota Timberwolves: la hora de los lobos parece haber llegado. Kevin Love (a un nivel estratosférico en las últimas campañas, y siempre mejorando) tendrá más ayuda que nunca: llegan Kirilenko y Shved desde la Madre Rusia, además de un Brandon Roy que aportará lo que le permitan sus rodillas. La organización espera que Ricky retorne de su lesión a un nivel similar al que impresionó a todo el mundo en su año de novato. Pekovic, buen compañero de Love en un juego interior de nulo nivel defensivo (algo extrapolable al global del equipo). Derrick Williams deberá continuar trabajando en su juego.








lunes, 10 de septiembre de 2012

NBA Preview: División Sudeste

- Miami Heat: grandes candidatos a revalidar el anillo, los Heat han focalizado su verano en reforzar el tiro exterior del equipo. Llegan Ray Allen y Rashard Lewis, dos veteranos que conocieron tiempos mejores (como los que compartieron en los extintos Seattle Supersonics) pero perfectamente capaces de lanzar dagas al corazón del rival desde el perímetro, ante los sobremarcajes que sufrirán Lebron y Wade. El aparato propagandístico de Florida habla de un Bosh con más kilos en forma de músculo para jugar muchos minutos de 5. Plantilla profunda por fuera pero falta de elementos de calidad por dentro. Interesante observar la evolución del sophomore Norris Cole.

- Atlanta Hawks: aires de renovación en la franquicia de Georgia. Joe Johnson, imagen del proyecto anterior (que nunca cumplió del todo con las expectativas), partió rumbo a Brooklyn, y Josh Smith queda como líder absoluto del equipo. Él y Hortford a pleno rendimiento son garantía de luchar por los PO, con un Teague que experimentó un importante salto de calidad el pasado curso. Perímetro reforzado con las llegadas de Louis Williams desde Philly, Kyle Korver desde Chicago y Devin Harris desde Utah (para Harris es la última oportunidad de confirmar bien su talento, bien su condición de jugador eternamente sobrevalorado). Sin relevos de garantías para la dupla de la pintura.

- Orlando Magic: la era post-Howard comienza entre la oscuridad. El traspaso de Supermán era la única alternativa de la otra franquicia de Florida, siendo evidente que el gólem no pensaba renovar. Desde Denver llegan Afflalo y Harrington para aportar su caudal ofensivo. Oportunidad fantástica para el mexicano Ayón de labrarse un nombre en la liga. Entre los que se quedan, Nelson y Davis deberán asumir un mayor protagonismo (ojo a los minutos que comparta Jameer con Afflalo, backcourt pequeño pero seguramente el mejor arma de estos Magic), Turkoglu abandonar esa apatía que le viene acompañando en las últimas temporadas, y de Reddick se esperará lo de siempre: tiro exterior. Difícil curso a priori. Habrá que echar un ojo al rookie Andrew Nicholson.

- Washington Wizards: es hora de exigir algo más a los magos de John Wall. Al talentoso base no le ayudan ni el escaso nivel de sus compañeros, ni sus problemas con las pérdidas de balón y el tiro exterior. Llega vía draft el rookie Bradley Beal, escolta de talento llamado a servir de principal soporte para Wall. Ellos y el brasileiro Nene en la pintura deberán ser las 3 patas sobre las que mejorar la penosa campaña 2011/2012. Seraphin ante la ocasión de confirmar la buena pinta que desprende como center, y aprovechar las enseñanzas de un Okafor con un juego tan loable como limitado. A Shelvin Mack pareció venirle grande el nivel NBA, pero un competidor como él merece una segunda oportunidad.

- Charlotte Bobcats: de una banda a otra aún más lamentable. El Jordan GM se supera cada temporada. Parece claro que lo más sensato es comenzar a construir desde el talento de Kemba Walker, acompañado por el prometedor rookie Michael Kidd-Gilchrist. Llega Ben Gordon en busca de motivaciones para reflotar una prometedora carrera en sus inicios que se ha ido diluyendo año a año. Ramon Sessions, buen recambio para Kemba. ¿Qué Tyrus Thomas veremos esta temporada?.




domingo, 9 de septiembre de 2012

NBA Preview: División Central

- Chicago Bulls: para los Toros todo empieza y acaba en su point guard. La lesión de Rose en el primer partido de los pasados Playoffs cercenó las opciones de los de Michigan de cara al anillo. A la espera de que el MVP de 2011 vuelva a su mejor nivel, los Bulls se han cubierto las espaldas en el puesto de base con las llegadas de un viejo conocido como Hinrich y la de Nate Robinson. Deng y un muy criticado Boozer seguirán siendo los pilares de la tropa junto a Pooh. Hamilton (en la cuesta abajo de su carrera) deberá aportar anotación exterior junto a otro de los nuevos: el italiano Marco Belinelli. ¿Veremos al fin el prometido salto en importancia de Taj Gibson?. Acabamos como empezamos: sin Rose no hay paraíso.

- Indiana Pacers: un clásico del este que vuelve a contar en la guerra de los playoffs, tras complicar mucho las cosas a los Miami Heat campeones el curso pasado. De nuevo un EQUIPO con todas las letras. Ataque coral con Hill, Granger, George, West y Hibbert compartiendo balón y tiros con perfecta fluidez. El talentoso D.J Augustine llega para ocupar el lugar del traspasado Collison. Profundidad en el banquillo con Hansbrough, Green y un Mahinmi interesante de continuar su progresión. Roy Hibbert deberá proseguir su camino hacia el estrellato como pívot decisivo tanto en fase ofensiva como en fase defensiva.

- Milwaukee Bucks: temporada decisiva para los Bucks, que deben luchar por los playoffs amparados en su explosivo dúo exterior. La pareja Jennings-Ellis oposita a combo de guards más espectacular de la liga, regalando al equipo un importante caudal de puntos, asistencias y robos de balón. Llegan Dalembert y Pryzbilla para ocupar el agujero del dónut interior, pero veremos mucho de nuevo un quinteto de velocidad y movilidad, con Ilyasova y Gooden compartiendo pintura bastantes minutos durante los partidos. Mbah a Moute repite como especialista defensivo, y un Dunleavy rejuvenecido ayudará con su lanzamiento interior. Cuidado con los ciervos...

- Detroit Pistons: sin novedad en la Mo-Town. Los Pistons parecen destinados a deambular un año más por la competición, esperando la eclosión definitiva de los jóvenes Greg Monroe y Brandon Knight. Esperanzas en los rookies Andre Drummond y Kyle Singler (que ha demostrado en España condiciones para comenzar una buena carrera de jugador de reparto). Stuckey y Maggette, llamados a aportar puntos.

- Cleveland Cavaliers: los Cavs encontraron oro en la camada de rookies de 2011. Kyrie Irving superó todas las expectativas, y es la pieza ideal sobre la que reconstruir el equipo. Interesante presenciar la evolución de Tristan Thompson, el impacto del rookie de Syracuse Dion Walters (llamado a acompañar a Irving por fuera) y el desempeño del 7 pies Tyler Zeller entre los profesionales. Varejao seguirá aportando esos rebotes y lucha en las zonas que le han convertido en uno de los favoritos de Ohio. C.J Miles llega desde Utah para ayudar desde el banquillo. Recuperar a Azubuike sería interesante para el equipo.

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viernes, 7 de septiembre de 2012

NBA Preview: División Atlántico

De cara a mitigar esa ansiedad que todos sentimos y sentiremos hasta que la temporada NBA arranque y nuestras vidas vuelvan a tener sentido (obviamente exagero dramáticamente... o no), vamos a comenzar esta previa de la temporada 2012/2013 (analizando cada una de las divisiones y a los equipos inmersos en ellas) con la División Atlántico, hogar de tres de las franquicias con más historia de la mejor competición de baloncesto del planeta. Arranca la NBA Preview.

- Boston Celtics: la última bala de los dinosaurios verdes. Todos los años escribimos lo mismo y todos los años los viejunos vuelven a sorprendernos, maquillando su declive. Los de Massachusets son ya el equipo de Rondo, el mejor playmaker puro de la liga para el que escribe, que firmó un glorioso curso 2011/2012. Ray Allen hizo las maletas, pero los celtas se han reforzado extraordinariamente bien y vuelven aún mas poderosos. Jason Terry mejorará al último Allen, Jeff Green será de gran ayuda tras superar sus problemas cardiacos, Courtney Lee aportará tiro exterior, y habrá que ver la evolución del rookie Jared Sullinger. El novato Fab Melo, un 7 pies demasiado verde aún. Por supuesto siguen los Pierce, Garnett, Bass, Bradley y cía. Que a nadie le extrañe volverles a ver en las finales del este, batiéndose el cobre por meterse en la gran final de la NBA.

- New York Knicks: resuelto el affaire Lin, que ha copado portadas este verano en la Gran Manzana, los Bockers llegan al nuevo curso con un equipo interesante, llamado a dar guerra en su conferencia. Anthony parece llegar especialmente fino físicamente, y de nuevo será clave su mezcla con Stoudamire para el destino del equipo. Con Chandler y el hijo pródigo Marcus Camby tratando de echar el candado a la zona, las grandes novedades llegan en la superpoblada posición de base: vuelve un Felton diferencial si se encuentra motivado, y junto a él dos veteranos generales de pista como Jason Kidd y el "rookie" Pablo Prigioni (el novato más veterano de la historia a sus 35 primaveras). Ante la acumulación de playmakers, se espera de Iman Shumpert una evolución hacia un rol de escolta, para aportar el necesario toque defensivo al trabajo de los tiradores Steve Novak y J.R Smith. Roster veterano, bastante fiable a priori (teniendo en cuenta que hablamos de los Knicks).

- Philadelphia 76ers: uno de los poderes emergentes de la conferencia este. Salen muy potenciados del mega-traspaso de Howard, con la llegada de Andrew Bynum y Jason Richardson. El primero debe resultar devastador a poco que se lo tome en serio, y el segundo ayudará en un juego exterior de gran calidad: Holiday, Turner, Wright, Young... Gran catálogo de guards y forwards. Spencer Hawes llamado formar un gran dúo con Bynum en la pintura. Interesante liga de verano del rookie Maalik Wayns, que ni siquiera fue drafteado.

- Brooklyn Nets: completada la mudanza desde New Jersey a Brooklyn, los Nets del magnate ruso Prokhorov buscarán un sitio en los playoffs comandados por Deron Williams (millonaria renovación con los petrodólares de por medio) . Llega Joe Johnson para formar con D-Will un potente dúo exterior, con el sophomore MarShon Brooks a la expectativa tras su gran temporada rookie. En las alas Gerald Wallace y el ex-baskonista Mirza Teletovic, y por dentro los renovados Lopez y Humphries. Roster con poderío ofensivo, en el que habrá que ver quién baja el culo atrás además de Wallace y el ex de la Kardashian.

- Toronto Raptors: los desheredados de esta potente división. Bargnani no es un líder, DeRozan no pasa de segundo espada apañado, y el rookie Valanciunas confirmó en su último año en Europa una alarmante falta de ética de trabajo. Tendrá que ser el recién llegado Lowry quién tire del carro canadiense, lo que coloca a Calderón en una complicada situación, al borde del traspaso. Delirante la oferta que les permitió hacerse con el ex de los Knicks Landry Fields, siempre lejos de las expectativas en N.Y City. Mala pinta, todas las esperanzas focalizadas en el rookie Terrence Moss.




miércoles, 5 de septiembre de 2012

Aullidos lejanos...



Los nuevos Wolves de Ricky Rubio y Kevin Love renovaron las ilusiones de los fans de Minneapolis la pasada temporada, hasta la lesión del base español. Un equipo joven, vistoso y con un record del 50% en victorias-derrotas, presente semana tras semana entre los highlights de la competición. Imposible no echar la vista atrás y recordar otro impactante proyecto de los Timberwolves a finales del S XX, construido también en torno a un point guard y a un power forward tan espectaculares o más que Rubio y Love.

Temporada 96/97. Con un bisoño chaval recién llegado desde el instituto a punto de comenzar su segunda campaña entre los profesionales (un tal Kevin Garnett), los Wolves dan la bienvenida vía draft a otro chico prometedor, un ambicioso base de la universidad de Georgia Tech llamado Stephon Marbury. El equipo, aún con Tom Gugliotta como máximo anotador, pasaría instantáneamente de 26 a 40 victorias, y la pareja Garnett-Marbury comenzaría a cimentar su entendimiento en la pista, completado además por una incipiente camaradería fuera de ella.

Toda la liga señalaba ya hacia Minneapolis buscando el futuro de la competición, y los Lobos no iban a defraudar a críticos y aficionados. El curso 97/98 vería la eclosión de Garnett como jugador total (18.5 puntos, 9.6 rebotes, 4.2 asistencias, 1.7 robos de balón y 1.8 tapones como promedios), y su dúo con un eléctrico e imaginativo Marbury (17.7 puntos y 8.6 pases de canasta por noche) disparó las ilusiones de los fans de Target Center, dejando de paso muecas varias de asombro en el resto de pabellones de la liga. 45 victorias, playoffs y gran actuación en primera ronda ante los potentes Seattle Supersonics.

http://www.youtube.com/watch?v=dJwtok8UgvI

El futuro estaba en manos de la joven camada de lobos, pero la cabeza de Steph se hallaba a pleno rendimiento, fraguando otros planes. En una decisión que marcaría el resto de su carrera deportiva (para nada prolija en fructíferas aventuras de postemporada), Marbury decide abandonar Minnesota en busca de un equipo en el que ser el capo absoluto, con contrato y estatus de primer espada. La decisión sorprende y defrauda a toda la franquicia, sobre todo a su amigo Garnett que, alejado del arqueotipo de jugador egoísta y acaparador de juego, nunca entendería la partida del explosivo playmaker.

Con Starbury rumbo a New Jersey apenas consumidos 18 partidos de la temporada 98/99, el ilusionante proyecto saltaba por los aires y aquellos impactantes Wolves quedarían en una letanía, en un aullido lejano... Perdido en el tiempo y entre las hipótesis de lo que pudo ser.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Esperando a Tyreke.

Un alumbramiento impactante, un rookie llamado a cambiar el futuro de una popular franquicia perdida entre tinieblas, una temporada de novato nunca vista desde tiempos de Oscar Robertson, Magic Johnson, Michael Jordan o Lebron James... Seguido de una sorprendente involución provocada por una mezcla de acomodo y falta de ambición. Una duda razonable corre como la pólvora entre los animosos aficionados de los Sacramento Kings: ¿seguir esperando a Tyreke o abandonar toda esperanza?.

El brillo de la temporada rookie de Evans le colocó en primera línea entre las estrellas de futuro de la liga. Sus promedios de 20.1 puntos, 5.3 rebotes, 5.8 asistencias y 1.5 robos de balón por noche definían a un point guard poderoso, dominador de casi todas las suertes de nuestro deporte. El premio de mejor novato del año y las ilusiones de los fans de la capital californiana llegarían de la mano, tal fue el asombro que originó el desembarco del chico de la universidad de Memphis.

Pero las cosas han cambiado sobremanera desde aquella campaña 2009/2010 para Tyreke. Los Kings siguen en el mismo punto, su colección de talentos jóvenes e indomables mantiene al equipo lejos de los playoffs. Y una nociva amalgama de lesiones, desmotivación y conformismo han situado a Evans entre la clase media de la liga, lejos del destino de super-estrella que parecía marcar su presentación entre los profesionales. Ni siquiera su reubicación en la posición de dos con la llegada del base rookie Thomas ha reactivado al jugador, ante la decepción de la gerencia de Sacramento.

Los Kings 2012/2013 vuelven a prometer mejoría y evolución entre susurros, con la llegada del prometedor Jason Thompson para compartir la zona con un DeMarcus Cousins tan talentoso como irresponsable. Podría ser la última oportunidad para un Evans entre la espada y la pared, con capacidad de sobra para volver a la senda del jugador exterior diferencial, pero atrapado en la mediocridad.










lunes, 27 de agosto de 2012

El psicólogo de los Bulls.

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Todo el mundo tenía su papel en los míticos Bulls del segundo three-peat, tras la primera retirada en falso de Jordan. Mike era el líder absoluto, anotador, creador y ejecutor a la vez. Pippen se erigió en inmejorable escudero, una super-estrella al servicio de Air, talento multi-tarea y fantástico defensor. Kukoc era la clase ofensiva, partiendo desde la segunda unidad para ganar protagonismo gradualmente. Harper fue el hombre que se reinventó, en una loable transformación de estrella a role player con las lesiones como detonante. Jackson el gurú desde el banco, el hippie de dos metros que se atrevió a  poner sobre el tapete el triángulo ofensivo del venerable Tex Winters. Y Rodman... Rodman era mucho más que su fanatismo por el rebote. Bajo su carcasa de excentricidad, sus infinitos tatuajes y su pelo multicolor, El Gusano era el psicólogo de los toros.

Aquellos Bulls se jugaron sus anillos en gloriosas batallas finales ante los Seattle Supersonics y los Utah Jazz, dos equipos con puntos en común: dos fantásticos bases a los mandos (Gary Payton y John Stockton) y dos armas de primer orden en la posición de power-forward.

Shawn Kemp y Karl Malone eran las grandes amenazas para los de la Windy City, siempre faltos de elementos de primer nivel en la pintura. El Kemp de 1996 era un monstruo volador, que ridiculizaba adversarios cada día con mates inhumanos. Un talento físico completado con un fantástico tiro a 5 metros, gran movilidad y habilidad al rebote. Sus cargas hicieron mucho daño a los del coach Zen, mientras Rodman le permitió mantenerse en los partidos. Porque Dennis conocía la facilidad de The Reign Man para distraerse, para perderse en pequeñas batallas individuales y abstraerse del verdadero reto: ganar el partido. Y por ahí atacó El Gusano a Shawn: juego subterráneo, provocaciones directas tras cada rebote ofensivo, teatro descarado... armas psicológicas que limitaron la incidencia de un Kemp imperial en la serie, pero fuera del partido en momentos trascendentales del decisivo 6º encuentro en el United Center.

Y qué decir de Karl Malone. El eterno ala-pívot, que elevó el pick&roll a la categoría de arte junto a su inseparable Stockton, MVP de la liga en 1997 y segundo de la votación tras Jordan un año después, también sufrió las provocaciones reiteradas de Rodman. El Cartero era una máquina de anotar y un tipo bravucón a la vez, que presumía en cuanto le era posible de su juego físico. Y Dennis no iba a rechazar el desafío. Míticas fueron sus batallas al límite del reglamento, con conatos de wrestling incluidos. Todo con el objetivo de sacar de quicio a Karl.

http://www.youtube.com/watch?v=OdUT3GPlGwU

Tras los excesos varios de Rodman, tras su descontrolada existencia (fuga a las Vegas en plenas finales ante los Jazz incluida) y su estrafalaria imagen, se escondía una importante arma mental de los de Illinois. El Gusano marrullero, psicólogo en pista de los Chicago Bulls...




viernes, 24 de agosto de 2012

El Señor en el alambre...



La historia del deporte la definen los elegidos: esos individuos especiales, capaces de mantener la calma cuando el resto del mundo está desquiciado o superado por la presión. En esos momentos definitivos, esta casta de deportistas decide el destino de las competiciones como el que entra cada mañana en la oficina, considerándolo parte de su trabajo.

En el baloncesto americano se acuñó el término clutch player para agrupar a estos tipos únicos. Jerry West, Michael Jordan, Reggie Miller, Kobe Bryant... han sido muchas las estrellas encargadas de monopolizar los últimos tiros en sus equipos, protagonizando momentos inolvidables de la NBA. Vamos a deternos sin embargo en un jugador alejado de ese arqueotipo de superestrella, un role-player que dormitaba las 82 noches de regular season para esperar el momento de aparecer en los playoffs, en esos segundos del todo o nada en los que tanto disfrutaba. Durante las postemporadas NBA de finales del SXX y principios del XXI, un pistolero transitaba por las canchas, cambiando de franquicia pero sin abandonar nunca su frialdad legendaria. Todo el Salvaje Oeste lo sabía: no conviene poner tu destino en manos de Robert Horry...

Finales de la NBA de 2005. Detroit Pistons y San Antonio Spurs protagonizan una serie áspera, empatada a 2 y gobernada por las defensas y los marcadores bajos. El 21 de Junio tiene lugar en el Palace de Auburn Hills el siempre importante 5º partido, decisivo en un alto porcentaje de las batallas por el anillo.

La igualdad preside un duelo en el que nuestro protagonista (a punto de cumplir los 35 años) anota sus primeros puntos con un triple a falta de un segundo para el final del tercer cuarto. Horry había sido intrascendente hasta entonces, y los de la Mo-Town se centraban en reducir el impacto de Duncan, Parker y Ginóbili, el big-three de los tejanos. Pero si algo se puede garantizar es que el sol saldrá cada mañana... y que Rob siempre aparecerá en el instante cumbre, con todos los flashes pendientes.

Horry toma el control y gobierna el partido en el ultimo cuarto y la prórroga. Festival de triples y tremendo mate a una mano más adicional para responder a los envites de un enorme Chauncey Billups, líder absoluto de la reencarnación de los míticos Bad Boys. Pero lo mejor estaba por llegar.

9.4 segundos para el final del tiempo extra. 95-93 arriba Detroit. Horry saca de banda hacia Manu Ginóbili. El escolta argentino se ve acosado en la esquina por los defensores del equipo de Larry Brown y devuelve el balón al pasador, libre de marca. Error fatal, impropio de una tropa experimentada: nunca dejes espacio al killer por excelencia con el partido a cara o cruz.

Big Shot Rob recibe desde más allá de la línea de 3, y el resultado pasaría a formar parte de la lista particular de milagros orquestados por el ala-pívot nacido en Maryland. La pelota naranja besa la red, los Spurs ganan el choque y Rob planta su bandera en la colina de Auburn.

Aquel sería el 6º anillo de la carrera de un jugador único, que cerraría su trayectoria con un título más en la temporada 2006/2007. La leyenda de Big Shot Rob, el asesino en el alambre...

http://www.youtube.com/watch?v=BZdik09RGJI






martes, 21 de agosto de 2012

La hora de Monta.

Año 2007. Playoffs NBA. Los salvajes Golden State Warriors, liderados por Baron Davis y Stephen Jackson en la cancha y dirigidos en una anarquía controlada por Don Nelson desde el banquillo, sorprenden al planeta basket eliminando a los Dallas Mavericks (que llegaban líderes del oeste, con un record de más de 60 victorias en aquella temporada regular) en 1ª ronda y luchando contra Utah en las semifinales de conferencia. En aquel roster de fanáticos entregados al baloncesto de ataque de Nellie figuraba un sophomore talentoso, que aprendía los secretos del  profesionalismo bajo la tutela del anárquico base californiano. Aquel chaval respondía al nombre de Monta Ellis...

5 años después Ellis se ha convertido en un gran jugador NBA. Excelso anotador, letal en las penetraciones a canasta, con un primer paso infernal para sus defensores, facilidad para encontrar al compañero libre cuando la defensa se echa sobre él y un talento especial para defender las lineas de pase de rival... pero al que se le resiste el estatus de estrella de la liga. A sus 26 años (y pese a llegar a superar los 24 puntos de promedio en 2 temporadas consecutivas) Ellis nunca ha sido All Star, y no ha vuelto a pisar la postemporada desde aquella memorable aventura de los Locos de la Bahía. Ya va siendo hora de revertir las tornas...

A mediados de la campaña pasada Monta abandonó los Warriors (a los que llegó desde la elección nº 40 del sorteo de 2005, un auténtico robo del draft) para recalar en los Milwaukee Bucks. Su impactante sociedad exterior junto a Brandon Jennings funcionó decentemente desde el inicio, y los ciervos de Scott Skiles abandonaron su baloncesto cerebral de los últimos ejercicios para entregarse a la velocidad y al talento de su pareja de guards. Jugando con Drew Gooden y el turco Ilyasova como liviano juego interior, los Bucks no quedaron lejos de las últimas plazas de playoff y comenzaron a sentar las bases para buscar su sitio en la 2012/2013.

Con los fichajes de Dalembert y Pryzbilla para sumar kilos necesarios en la zona, los de Wisconsin apuntan a candidato en el este para seguir compitiendo más allá del mes de abril. Objetivo que alcanza la categoría de necesidad para Monta Ellis, de cara a su pospuesta consagración entre el firmamento de la liga. Las oportunidades se acaban para que el de Jackson pase de entretenimiento habitual entre las mejores jugadas del día a escolta respetado en la mejor competición de baloncesto del planeta. La alarma del reloj de Monta lleva todo el verano sonando... El tiempo de saltar a escena y reclamar todos los focos no puede esperar más.



viernes, 17 de agosto de 2012

Peter Pan aterriza en Philly.

El final del culebrón Howard ha provocado un tsunami en la liga en forma de mega-traspaso, que ha acabado creando una nueva potencia en la conferencia este. Los Sixers de Philadelphia salen fortalecidos del movimiento y se presentan como uno de los equipos a seguir en la nueva temporada 2012/2013.

El conjunto de la ciudad del amor fraternal, que ya pusiera contra las cuerdas a los Celtics en la segunda ronda de los pasados playoffs, tendrá ahora uno de los pívots más poderosos de la liga en su pintura, con el consiguiente incremento de potencial que ello conlleva. A los Holiday, Turner, Young, Hawes o el recién llegado Wright se suman ahora Richardson y sobre todo el hombre al que hacíamos referencia: el pívot All Star Andrew Bynum.

Tras batir records de precocidad siendo el jugador más joven en debutar en la NBA con 17 primaveras, la carrera de Bynum ha estado marcada por un enorme potencial mostrado solo a fogonazos debido a problemas de lesiones combinados con una eterna inmadurez. Hasta que la pasada campaña (en su séptimo año como profesional) el chico explotó definitivamente: 18.7 puntos, 11.8 rebotes y 2 tapones en los 60 duelos disputados (primera temporada sin lesiones desde sus tiempos como sophomore), titularidad en el All Star Game... Y unos playoffs contradictorios. Si bien su rendimiento en postemporada fue estadísticamente irreprochable (16.7 puntos, 11.1 rebotes y 3.1 tapones como promedios), la irregularidad y falta de actitud en defensa del dúo interior Laker en varios duelos ante Denver y Oklahoma originó virulentas críticas hacia Gasol y Andrew. Todo ello, unido a constantes muestras de esa inmadurez de la que hablábamos (inolvidable aquel encontronazo con Mike Brown cuando el jugador decidió por motu propio empezar a tirar triples para expandir su juego...), ha tenido al center de New Jersey todo el año en el disparadero, hasta el punto de tener que hacer las maletas en la operación Howard.

El nuevo reto se presentaría motivante para cualquiera: un buen equipo en el que Andrew deberá llevar la voz cantante, último año de contrato con el mercado a sus pies en caso de completar una buena campaña en Philly... Un atrayente desafío para el niño de 2,13 metros y 129 kilos. El mastodóntico Peter Pan de la liga, ante su prueba de madurez definitiva.





martes, 14 de agosto de 2012

Carpe Diem.

4 divos en un quinteto, un circo baloncestístico dispuesto a iniciar su gira triunfal desde Hollywood por todo Estados Unidos. Ya vivimos algo parecido en el año 2004, cuando Gary Payton y Karl Malone se unieron a Shaq y Kobe en un equipo que acabó fracasando en el último escalón hacia la gloria. Los nuevos Lakers 2012/2013 son desde ya el gran desafío para los Oklahoma City Thunder en la conferencia oeste, y para los Miami Heat en la guerra del anillo. Kobe Bryant tiene nuevos genios a su alrededor, para alcanzar al fin los 6 anillos de campeón del caníbal Jordan.

Primero firmó Steve Nash, el mago canadiense (nacido en Sudáfrica) llamado a liderar la orquesta a sus 38 años. La edad no perdona, y el 2 veces MVP (que nunca mostró excesiva pasión por la defensa) será el extremo débil del engranaje Laker a la hora de bajar el culo atrás. Pero en fase ofensiva toda la liga sabe lo que Stevie es capaz de hacer aún cerca de la cuarentena: 30 minutos de puro espectáculo, creatividad en el pase, y certeros puñales en forma de tiros exteriores. Un cheque al portador para los pívots angelinos.

Y precisamente en el juego interior es donde encontramos el otro gran fichaje de la temporada. El eterno culebrón ha llegado a su fin, y los Lakers han cambiado a su joven pívot All Star Andrew Bynum por un monstruo llegado desde Florida. Dwight Howard calca el camino que ya emprendiera Shaquille O´Neal a finales del S XX, y llega a California para cumplir el año de contrato que arrastra de su anterior acuerdo con los Orlando Magic.

Supermán mejorará y mucho las prestaciones defensivas de Bynum, cuya falta de actitud atrás distorsionó el nivel de los interiores rivales en los pasados playoffs ( McGee deberá agredecerle eternamente su nuevo contrato estelar al díscolo ex-jugador de Mike Brown). Los 15 rebotes y 2 tapones por noche están garantizados, y en ataque los balones de Nash al centro de la zona acabarán en brutales agresiones al aro rival. Cierto es que, pese a los publicitados esfuerzos y entrenamientos especializados, el juego ofensivo de Dwight no pasa de mates bajo el aro y un par de movimientos al poste. Será este el único aspecto en el que los angelinos perderán con el canje.

Nash-Kobe-Metta-Pau-Howard. El mejor quinteto de la liga, una colección de talentos únicos reunidos en pos de la gloria máxima. Con otro veterano de lujo como Antawn Jamison aportanto su caudal de puntos desde el banco, Mitch Kupchak deja en manos del coach Brown una tropa confeccionada para dominar en presente, para devolver el título al Staples Center antes de que sus veteranas estrellas se retiren a pescar. La temporada para los Lakers solo se conjuga con el verbo ganar, ganar y convencer a Howard de cara a una renovación con los de púrpura y oro al final de la campaña.

La dinastía prometida por Lebron amenazada por el eterno imperio Laker. La guerra del anillo versión 2012/2013.

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lunes, 30 de julio de 2012

La cacicada tras el Dream Team...

Todo son piropos y admiración en torno al mítico Dream Team del 92, de rabiosa actualidad en su vigésimo aniversario. Aquella constelación de artistas nos regaló uno de los momentos más estelares de la historia de los JJOO, pero es bien sabido que no todo fue luz en el halo de aquel equipazo. Al contrario que las estrellas del actual Team USA, que logran aparcar su rivalidad sobre las canchas NBA cuando comparten selección, durante el proceso de formación de la mítica escuadra de los sueños aconteció un oscuro episodio, en el que viejas rencillas salieron a flote con influencia determinante en la composición final del roster. No es cierto que en aquel equipo figuraran los mejores de entre los mejores, una ausencia en particular destacaba de forma flagrante... y todo el mundo era consciente de la causa de tal ausencia.

Nuestra historia comienza con un supuesto boicot acaecido en el All Star de 1985. Michael Jordan, el rookie volador de los Bulls, llegaba a la gran cita con ganas de comerse el mundo...y salía de la pista con la sensación de haber sido víctima de un complot por parte de los veteranos de la liga que, para proteger su estatus ante el arrollador novato, habían consensuado no compartir la pelota naranja con Air. Y, de entre todos los boinas verdes, el joven Mike señaló a uno en particular, cuyo nombre figuraría desde aquel día en la primera página de su libro de agravios: el director de juego del combinado del este, Isiah Thomas.

Nuevo salto temporal. Trienio 1988-89-90. Playoffs. Los Bulls de Jordan buscan hacer historia logrando el primer título colectivo para un Michael que ya tiranizaba la NBA en el apartado individual. Pero temporada tras temporada los toros se estampan contra un muro pétreo, inabordable: los Detroit Pistons de Isiah Thomas. Con las Jordan Rules de Chuck Daly como telón de fondo, la defensa al límite del reglamento de los Bad Boys y los dobles e incluso triples marcajes sobre el #23 dejan una y otra vez en la cuneta a los de Illinois, con la consiguiente frustración de Air. Aquellos Pistons ganarían los anillos de 1989 y 1990, con Zeke (nacido en Chicago, ironías del destino) a un nivel estelar.

Jordan nunca olvidaría aquellas afrentas y, a pesar de la dulce venganza contra los de la Mo-Town en los playoffs de 1991, encontraría el momento de canalizar su rencor acumulado sobre Thomas...

La noticia de la exclusión del base a la hora de confeccionar la lista para los juegos de Barcelona careció de condicionantes objetivos desde el mismo momento de su anuncio. La carrera del point guard (retirado un par de años después de aquel episodio), con 2 anillos de campeón ( MVP en las finales contra los Lakers de Magic, promediando 27.6 puntos y 7 asistencias en aquellos 4 partidos), 12 All Stars (con 2 MVPs del partido de las estrellas) y unos números de 19.2 puntos y 9.3 asistencias por noche en sus 13 campañas como profesional, contaba con méritos más que de sobra para ingresar en aquella pléyade de colosos... salvo que recibiera el veto directo del mismísimo Michael Jordan.

Con Pippen y Magic de su lado (curiosa la relación de amor-odio entre los playmakers de Lakers y Pistons), la amenaza de Jordan de abandonar el equipo se impuso, y Thomas no formó parte de la expedición que arrasó en la Ciudad Condal.

Con motivo de los fastos por el citado 20 aniversario del mejor equipo que jamás a pisado una cancha, los periodistas han acudido en enjambre sobre Zeke que, en un gesto que le honra, ha esquivado elegantemente la polémica. El que escribe nunca ha sido un admirador declarado de Isiah, mucho menos en su faceta en banquillos y despachos, trufada de escándalos y charlotadas varias. Pero en este punto la reflexión es clara: la foto de los 12 de Barcelona 92 nunca estará completa del todo, siempre faltará la figura del explosivo caudillo de los Bad Boys. Al César lo que es del César.

jueves, 26 de julio de 2012

Cuando el mundo nunca es suficiente...

El Wild West anda asustado con los Oklahoma City Thunder. El trabajo de Sam Presti en los antiguos Supersonics ha sido grandioso, construyendo poco a poco un equipazo llamado a dominar la liga. Haciendo gala de un aprovechamiento perfecto de sus elecciones en el draft, Westbrook, Ibaka y Harden han ido llegando para unirse a Kevin Durant y formar una escuadra que emana juventud y talento por los cuatro costados. Todo parece de color de rosa en la franquicia del Trueno pero, incluso en la situación aparentemente idílica de la tropa dirigida por Scott Brooks, existe el riesgo permanente de que la calma salte por los aires. Un vestuario de baloncesto, como compendio de individuos con sus respectivas personalidades, es por naturaleza inestable. Y en el caso de OKC, el foco de esa inestabilidad tiene un nombre propio: su point guard All Star, Russell Westbrook.

Es la historia más vieja del mundo. La ambición y el ego, inherentes al ser humano, son perfectamente capaces de destruir sociedades llamadas al éxito. Ya lo vimos a principios del S XXI en los Lakers de Shaq y Kobe (que coleccionaron anillos mientras aguantó su viciada convivencia) y, según la intuición del que escribe, lo veremos en breve en el equipo del estado de las Grandes Llanuras. Ya ha habido ecos de pequeños roces, pero lo grande está aún por llegar...

Westbrook es un jugador joven, en plenitud física, con enormes posibilidades y ganas infinitas de llegar a lo más alto. Y, en su manera de entender la profesión, alcanzar sus límites como jugador y ser segundo de Durant por los siglos de los siglos no casan. Además, la lucha por transformar a Russell en un playmaker cerebral está perdida de antemano, dada su pertenencia a la estirpe de bases anotadores, que necesitan el balón en las manos y muchos tiros para sentirse importantes.

La situación es radicalmente opuesta a la del dúo Lebron-Wade, sus antagonistas en las pasadas finales de la NBA. Dwayne es un jugador más maduro, ya ganó un anillo siendo protagonista absoluto, y está sufriendo un lento declive debido a problemas físicos. Una conjunción de factores que desembocan en la aceptación del rol de segundo de abordo.

Se admiten apuestas: ¿cuánto tardará el #0 de los Thunder en reclamar la pelota naranja en los últimos segundos de partidos apretados?, ¿exteriorizará aún más Durant su enfado ante las explosiones de su compañero en partidos como el famoso de los 43 puntos ante los Heat en la gran final?.

La película se repite: para tipos como Westbrook, el mundo nunca es suficiente...

miércoles, 25 de julio de 2012

Volver a empezar...

"Es el mejor momento, sentir, cambiar de nombre tantas cosas y olvidar algunas caras en el cementerio del pasado"

Todos pasamos por etapas de reconstrucción en cualquiera de las múltiples áreas de nuestras vidas, ya sean originadas por nosotros mismos (en busca de seguir adelante, rompiendo con el pasado), impuestas por el entorno o por una mezcla de ambos factores.

Pero olvidemos el envoltorio impregnado de aires trascendentes de la entradilla anterior y de la cita que abría este post (fragmento de una canción del genial grupo Deluxe) para centrarnos en el baloncesto, razón de ser del blog. Lo que no abandonaremos es esa dirección emprendida, esa reconstrucción que nuestro protagonista necesita más que nunca tras temporada y media transitando por la oscuridad, por los bajos fondos de la NBA. Los Nets cambiaron de dueño y ahora lo hacen de nombre, de ciudad y de pabellón. Una era de renovación y nuevas ilusiones les acompañará en su llegada a Brooklyn, y la parte más beneficiada de todo ello será su gran estrella, el tipo llamado a liderar la nave del multimillonario ruso Prokhorov.

Desde que un extraño desencuentro con Jerry Sloan en Utah originara su traspaso rumbo a New Jersey, Deron Williams venía actuando fuera de foco, con poca motivación y nulas esperanzas de regresar al gran baile de la temporada: los playoffs. La escuadra de la otra orilla del Hudson es un desastre absoluto casi desde los años dorados de las 2 finales con Jason Kidd al frente, y D-Will no mostraba ganas de emprender la titánica tarea de convertir su banda en un grupo mínimamente competitivo. Hasta que llegó el ruso con sus millones y lo cambió todo.

Ahora los Nets competirán con los Knicks por el respeto de Gotham, con una nueva escuadra rearmada a base de exhibiciones de talonario rayando la obscenidad. Williams dirigirá una orquesta con piezas ofensivas de la talla de Joe Johnson, Brook Lopez, Mirza Teletovic o el sophomore MarShon Brooks. Añadiendo la ayuda en defensa y rebote de los renovados Gerald Wallace y Kris Humphries, más la interesante adquisición de C.J Watson, los Nets tienen muchas opciones de retornar a la postemporada (y eso a la espera de posibles nuevas llegadas como la de Kirilenko), hábitat natural de un prodigioso talento como el de Deron.

100 millones firmados por 5 temporadas, hora de echar raíces y volver a los debates en torno al cetro de mejor playmaker del planeta basket (por el que competía junto a Chris Paul no hace mucho) que ahora se disputan el pequeño general de los Clippers y Rajon Rondo, líder absoluto de unos Celtics empeñados en burlar a la vejez.

Deron saluda a Brooklyn y al resto de la NBA, gritando a los cuatro vientos su retorno a la picota de la liga.

lunes, 23 de julio de 2012

David contra Goliat.





" I haven´t seen the finals since Sprewell played.." http://www.youtube.com/watch?v=t45jqsVSJWI

Escuchando la genial versión que un hincha Bocker ha hecho de la canción Somebody I Used To Know (acerca de la marcha de Lin a Houston), uno no puede evitar abstraerse a aquellas finales de la anterior campaña del lock out, más concretamente al partido decisivo: la 5ª batalla a vida o muerte del 25 de Junio de 1999.

Los Knicks de Stan Van Gundy habían completado una épica aventura como cenicienta de la NBA. Metidos en los playoffs in extremis desde la última plaza del Este, a base de una defensa al límite y la inspiración de sus dos estrellas exteriores en ataque (más flashazos puntuales de Larry Johnson y un bisoño Marcus Camby), los Bockers superaron la lesión de su líder (un crepuscular Patrick Ewing) y se plantaron en las finales de la NBA, destruyendo todos los pronósticos.

En el último escalón hacia la gloria esperaba una montaña inabordable para los de la Gran Manzana: los San Antonio Spurs, un equipo tan intenso atrás como los Knicks y con un terrorífico monstruo bicéfalo en ataque, listo asolar las zonas rivales. El combo Robinson-Duncan había jugueteado con las poderosas baterías interiores de la conferencia oeste, qué no harían con la del Madison...

Tras ser ridiculizados durante los dos primeros partidos en Texas, el orgullo del Garden insufló de fuerzas a los neoyorquinos, que se llevaron el tercer duelo y lucharon de poder a poder en el cuarto, para llegar al 5º también en casa al borde de la eliminación (3-1 en el global para San Antonio).

Con el Madison en modo caldera, sería su jugador más temperamental el que lucharía hasta la extenuación en el intento por forzar un sexto partido en el Alamodome: de emocionante se debe calificar el esfuerzo de Latrell Sprewell en su cruzada contra el colosal Tim Duncan. El díscolo escolta-alero de los Knicks tomó el control total del ataque Bocker en el último cuarto, con Houston superado por las circunstancias, para irse a los 14 puntos anotados en el periodo decisivo. Los necesarios dobles y triples marcajes ordenados por Jeff Van Gundy sobre el ala-pívot de las Islas Vírgenes supondrían la perdición de los Knicks: con los exteriores Spurs libres de molestias, sería el pequeño Avery Johnson quien ajusticiaría a los locales con un tiro abierto a 47 segundos del final. Tiempo suficiente para una última intentona, que por supuesto tendría a Spree como protagonista. Con 35 puntos y 10 rebotes en su casillero, Latrell recibió el pase final de Charlie Ward mal posicionado bajo el aro. Imposible levantar la bola ante la intimidación de las torres gemelas de Popovich.

http://www.youtube.com/watch?v=7OZS9P3YraY

Los Knickerbokers volvían a caer en las finales como en el 94, pero Sprewell mantiene aún un lugar especial en el panteón de los aficionados de la capital del mundo, que siguen acudiendo a la catedral del baloncesto con el #8 a la espalda. El espíritu del guerrero del Garden sigue vivo...

viernes, 20 de julio de 2012

El retorno de Ray...

Lin es historia en el Madison. Ya expresé con minuciosidad mi opinión acerca de todo el caso Jeremy en la entrada anterior, así que esta vez voy a centrarme en alguien que vuelve a la Gran Manzana, y que ha pasado desapercibido entre todo el revuelo causado por la marcha de Linsanity rumbo a Texas. Un tipo en el que además tengo mucha fe de cara a la próxima temporada.

La destrucción del quinteto de la 2010/2011 para acometer la contratación de Carmelo Anthony tuvo un efecto especialmente negativo en el entonces playmaker de los Knicks. Los Bockers se hallaban en plena curva ascendente de juego y rendimiento con Raymond Felton a los mandos, y el point guard formando en North Carolina había alcanzado un entendimiento total con la estrella Stoudemire. Los números del Ray pre-traspaso hablan por sí solos: en los primeros 54 partidos de aquel ejercicio sus promedios se situaron en los 17.1 puntos, 3.6 rebotes, 9 asistencias y 1.8 robos por noche. Como efecto colateral, STAT estaba jugando el mejor baloncesto de su carrera (superior para el que escribe al que llegó a interpretar en Phoenix, con un tal Steve Nash a su lado... palabras mayores).

http://www.youtube.com/watch?v=epaGp7nkHnk

Hacer las maletas rumbo a Colorado y caer en la desmotivación más absoluta fueron de la mano para Felton. Sin llegar a entender la decisión de los Knicks, Ray se ha dedicado a cumplir expediente en los Nuggets y en Portland, muy lejos de su mejor forma física (su sobrepeso a inicios de la campaña del lock out era escandaloso). Parecía que la carrera del jugador de 28 años había vuelto al agujero de sus inicios en los tristes Charlotte Bobcats... pero la Big Apple ha vuelto para rescatar al hijo pródigo.

Si Felton recupera el hambre del que hizo gala en sus anteriores meses como Knickerbocker, el que escribe no tiene dudas de su plena capacitación para dirigir una interesante nave con cañones ofensivos de la talla de Melo, Stat, o J.R Smith. Y con el trabajo atrás de tipos como Chandler, Camby, Shumpert o Prigioni ( habrá que ver los minutos con los que contarán tanto el genio de la Pampa como el sophomore), tal vez veamos por fin una campaña seria de los neoyorquinos, y unos playoffs decentes como guinda. Spike Lee y cía no esperarán menos...

miércoles, 18 de julio de 2012

Mi verdad sobre el Lingate...

Los Knicks de nuevo en la picota, y esta vez con un jugador que arrastra la mercadotecnia de todo un continente detrás. Espectáculo garantizado, como en un buen musical de Broadway: this is New York.

Las críticas arrecian sobre la gerencia Bocker, en especial sobre el Sr Dolan. Que la gestión del también presidente de Cablevision Systems al frente de los de la Gran Manzana ha sido un desastre absoluto no lo niega nadie (imposible olvidar los tejemanejes del dúo casi cómico que formó con Isaiah Thomas, entre otras muchas charlotadas), pero en la decisión particular de dejar escapar a Jeremy Lin existen diversos puntos de vista. Ahí va el de un servidor.

Abandonarse a la pasión y al encanto inherente a la espectacular aparición de Lin la pasada temporada es razonable desde el punto de vista de un fan Bocker. Con los Knicks cuesta abajo y sin sus grandes estrellas (fuera por lesión), el base de Palo Alto emergió como una suerte de mesías de rasgos asiáticos, y los del Madison se agarraron a su efecto para ganar algunos partidos e ilusionar de paso a unos aficionados que llevan más de 10 años aguardando una actuación digna del equipo en los playoffs.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=t45jqsVSJWI

Hasta aquí todo en orden, pero ahora tratemos de fijar el foco de la objetividad sobre Lin. Un base joven, capaz de anotar pero con problemas a la hora de elegir la mejor opción ordenando el juego del equipo, que el año pasado jugó 35 partidos cifrados en 14.6 puntos, 6.2 asistencias, 1.6 robos y 3.6 balones perdidos. 64 partidos como bagaje profesional, a punto de cumplir 24 años. Una gran historia, un filón en términos de marketing y un prometedor point guard, pero... ¿merecedor de un contrato de 15 millones de dólares por un año de baloncesto?.

Los Rockets, en plena reconstrucción desde sus cimientos, ya ofrecieron un acuerdo disparatado a Landry Fields (20 millones por 3 temporadas) que los Knicks tampoco igualaron. Su propuesta a Lin fue de 25,1 millones también por 3 ejercicios, repartidos irregularmente para evitar que los neoyorquinos decidieran actuar y quedarse con el jugador de ascendencia taiwanesa. En un roster que ya carga con los contratos de Carmelo Anthony, Amare Stoudemire y Tyson Chandler (en la 2014/2015 entre los 3 supondrán 61,538 millones de dólares a la franquicia), firmar a Lin otros 15 millones en ese periodo era a todas luces insostenible. Eso sin contar con el riesgo que supone una apuesta tal por un jugador con todo por demostrar. Que muchos equipos de la liga (como los Nets de un Prokhorov fuera de control) lo hagan es una cosa, pero loar a un equipo que decide no dejarse llevar por la locura es justo y necesario.


El riesgo de que Lin explote en los Rockets existe, y supondría más quejas y ataques a uno de los equipos que más vende del deporte mundial. Pero desde aquí doy un voto positivo a la decisión de dejar ir a Jeremy en esas condiciones, y a la  rápida reacción firmando a Raymond Felton para que forme tripleta de bases junto a los veteranos Kidd y Prigioni.  


Tras enarbolar en diversas ocasiones la bandera de la crítica más ácida contra la desastrosa gerencia de los Knicks, me muestro dispuesto a asumir mi parte de los palos que volarán hacia la capital del mundo si el último protagonista del sueño americano acaba triunfando en Texas. Quién me ha visto y quién me ve...














lunes, 16 de julio de 2012

Entre Gólems anda el juego...

El debate está en la calle (alentado sobre todo desde los medios menos baloncestísticos) y el propio Coach K lo ha reavivado en las últimas semanas, siempre en entrevistas con periodistas españoles. Es cierto que la gran baza de la selección española está en el juego interior, y que hasta que no nos crucemos con los americanos no se sabrá con certeza cual de las dos baterías presenta más poderío en la pintura, pero... ¿son verdaderamente superiores los Gasol, Felipe e Ibaka?. Analicemos a los de las barras y estrellas para tratar de dar respuesta al enigma, que en opinión del que escribe no es tal.

EEUU se presenta en las olimpiadas con importantes bajas en su juego en la zona (incluyendo la última de Blake Griffin), pero su potencial en este área es terrible, como en las demás posiciones.

Tyson Chandler es el center puro del equipo. El de los Knicks, con un juego eminentemente orientado a la defensa (más aún con la pléyade de estrellas que tiene a su alrededor), será una roca de 2,16 m en la zona estadounidense, siempre preparado para acudir en ayuda de sus compañeros y corregir errores con su intimidación.

Tras el único 5 del roster llega el infierno para los adversarios de los últimos campeones olímpicos en Pekín: la versatilidad. Kevin Love y el flamante nº1 del draft Anthony Davis aportarán su movilidad dentro-fuera, además de una voracidad inusitada por los rebotes en aro propio y ajeno (el de los Wolves ha promediado 15.2 y 13.3 capturas en las dos últimas temporadas, más de 4 de ellas en ataque). Y qué decir de los aleros de EEUU, el gran arma de esta selección.

Tanto Lebron James como Kevin Durant y Carmelo Anthony jugarán muchos minutos de ala-pívots en Londres. Capaces de defender dignamente a casi cualquier power forward rival (mucho más que dignamente en el caso del MVP de la temporada y de las finales, salvando el caso de nuestro Pau Gasol), en fase ofensiva su velocidad y arsenal de ataque resultará imposible de parar para los rivales. Tiros exteriores (aquí también habrá que vigilar a Love, último campeón del concurso de triples del All Star), penetraciones, fade aways, buenos movimientos al poste (la mejora progresiva año tras año de Melo en este área es impresionante)... una pesadilla absoluta para los stoppers enemigos. Devastadores.

Con todos estos argumentos sobre la mesa, al que escribe le parece que la riqueza del juego interior que la nueva versión del Redeem Team presentará en los Juegos es superior a la de nuestra selección, siendo ésta la segunda en potencial con bastante diferencia sobre su perseguidor. Al César lo que es del César, sin que ello nos impida soñar...

miércoles, 11 de julio de 2012

Los nuevos-viejos Knicks.

Aires vintage soplan en el Madison. La familia Knickerbocker comienza a ilusionarse de nuevo, como todos los veranos tras el enésimo fracaso. Los movimientos de la gerencia, claramente enfocados al ahora, podrían garantizar un grupo competitivo para la próxima temporada. Para empezar, un perro viejo armará el ataque de los Bockers.

Jason Kidd, el mito, el segundo mejor pasador de la historia de la NBA, ha decidido darse el gustazo de jugar en la capital del mundo, cumplido su objetivo tras ganar el anillo en Dallas. Todos somos conscientes de que el Kidd de Phoenix o el de los Nets está muy lejos ya... pero incluso la actual versión del genio californiano es perfectamente capaz de poner orden en el juego del equipo durante 25 minutos cada noche, además de erigirse en modelo y guía para Jeremy Lin (en caso de que los Knicks igualen la oferta de Houston, como parece a cierre de estas líneas) y el prometedor Iman Shumpert. Entre las dos debilidades de ambos point guards está la de controlar el ritmo de juego, algo en lo que Jason lleva 18 años impartiendo clínics en la mejor competición del planeta basket.

La segunda novedad es el retorno de un viejo conocido del Madison. Aquel fogoso joven (todo intensidad saliendo desde el banquillo), que comenzaba a comerle la tostada al crepuscular Ewing en las finales de 1999, vuelve a los Bockers tras partir en 2002 y después de una gran trayectoria como especialista en defensa y rebote allá por donde pasó. Como recambio de Tyson Chandler, Marcus Camby otorga a los Knicks un dúo con un potencial defensivo sin parangón en la liga en la posición de center. El Samurái vuelve a casa.

Las renovaciones del polémico pero genial J.R Smith (un regalo por 2.8 millones de dólares) y del tirador Novak aumentan la profundidad del roster de Mike Woodson, a falta de concretarse si se igualará la oferta de los Rockets por Lin (30 millones por 4 temporadas). Y luego está el caso de Pablo Prigioni. Como enamorado del juego del argentino (que glorifica la profesión de playmaker cada vez que salta a la cancha), el que escribe prioriza de nuevo sus habilidades en la dirección sobre sus 35 primaveras. Ver jugar a un equipo con Kidd y el pampero al timón será todo un lujo para cualquier buen aficionado a nuestro deporte.

Aún con el eterno problema de incompatibilidad entre Carmelo y Stoudamire como telón de fondo, los Knicks 2012/2013 han conseguido ilusionar de nuevo a este seguidor Bocker, esperando que al fin sea posible disfrutar de una tropa que nos enorgullezca en el momento de la verdad, transitando por la jungla de los playoffs. Poca cosa hace falta para encender a los creyentes del Garden, con dos o tres perros viejos es más que suficiente...

lunes, 9 de julio de 2012

American Idol.



"Le he dicho a Kobe que es mi ídolo, lo digo en serio, ha jugado fenomenal. Creo que es sin duda el mejor jugador de la liga".

Las palabras con las que comenzamos esta entrada ya resultarían destacables con independencia de su autoría. Pero si descubrimos que fue Shaquille O´Neal (por entonces enemistado con Bryant) el tipo que las enunció, su valía se incrementa exponencialmente para definir la gesta del escolta de los Lakers en aquel partido de los playoffs de 2001. Si además apuntamos que el rival de los californianos aquel día eran ni más ni menos que los San Antonio Spurs de Tim Duncan, el halo de momento histórico de postemporada enmarcará para siempre la exhibición del por entonces #8 angelino.

Los Lakers de Phil Jackson habían tenido una campaña algo convulsa tras ganar su primer anillo desde tiempos de Magic Johnson. La guerra por la supremacía (ya no dentro del equipo, sino en toda la NBA) entre el guard y el center había acompañado toda la travesía de la tropa, que acabaría la regular season con un record de 56-26: insuficiente para arrebatar el factor cancha a equipos como el tejano.

Y, tras aplastar a Blazers y Kings por el camino, el rodillo californiano se cruzaba en el camino de unos confiados Spurs en las finales del Oeste. Razones tenían los marines de Popovich para anticipar el desastre que se avecinaba: Bryant había promediado 37,7 puntos en los duelos de temporada regular ante una de las mejores defensas grupales de la competición.

Si en el choque anterior el escolta nacido en Philadelphia había endosado ya 48 puntos y 16 rebotes a los Sacramento Kings, a las primeras de cambio la inspiración de Kobe iba a hacer saltar por los aires la ventaja de campo de los del Álamo. Festival total de fade-aways, rectificados e invasiones imparables de una zona patrullada por Tim Duncan y David Robinson, para acabar la batalla con 45 puntos y 10 rebotes (en una serie de 19-35 en tiros). Los 36.068 aficionados presentes en el colosal Alamodome no pudieron más que presenciar el impecable trabajo en defensa de los Lakers y las furiosas acometidas de Bryant en ataque. Ninguna opción para su equipo, más allá de una pequeña remontada que les acercó a 9 puntos de los visitantes a falta de 5 minutos para el final, aprovechando una pequeña pájara rápidamente sofocada por los de púrpura y oro.

Resultado final de 104-90 para los Hollywoodenses (que acabarían endosando un humillante sweep a los Spurs) y 93 puntos de Kobe en dos partidos consecutivos de las eliminatorias por el título, brutalidad nunca vista desde tiempos de Mike.

"Es el Nº23, podéis escribirlo, sé perfectamente lo que digo", declaraciones de Horace Grant, el que fuera compañero de Jordan en los Chicago Bulls, tratando de explicar a los medios sus sensaciones ante la obra maestra de su compañero. Más allá de comparaciones innecesarias, con noches como aquella del 19 de Mayo de 2001 ha ido edificando Bryant su leyenda, la de uno de los mayores talentos de la historia de nuestro deporte. Un genio que, 11 años después, sigue castigando los aros rivales sin piedad...

http://www.youtube.com/watch?v=JkvpnmAk2xU

jueves, 5 de julio de 2012

Las 23 de Nick The Quick.

6 de Enero de 1997. Los Lakers de Dell Harris viajan a Vancouver para rendir visita a los desheredados Grizzlies. Aquel equipo angelino contaba ya en su roster con Shaquille O´Neal, recién llegado a Hollywood desde los Orlando Magic, y con un espectacular rookie aislado emocionalmente del resto de la plantilla: un tal Kobe Bryant. Eran el gérmen del equipo que dominaría la NBA con Phil Jackson un par de años más tarde, pero aún se trataba de una tropa que completaba decentes temporadas regulares para acabar estrellándose en los playoffs ante equipos mucho más trabajados (normalmente los Utah Jazz de Karl Malone y John Stockton). Al timón de aquellos Lakers estaba un base rápido y con talento, que los buenos aficionados recordarán, pero desde luego muy alejado de lo que cualquiera definiría como una leyenda... Nickey Maxwell Van Exel.

Me anticipo a vuestras reacciones: ¿por qué diablos iba este tipo a dedicar unas líneas a un partido sin mayor trascendencia, entre unos Lakers de transición y uno de los peores equipos de la historia de la liga?, ¿ha perdido el norte?. La última pregunta la dejo pendiente de un profundo auto-análisis de mi persona, pero sí me encuentro en condiciones de responder a la primera: en este duelo se produjo una de las anécdotas más curiosas de la historia del baloncesto estadounidense, un fenómeno que difícilmente podría reproducirse en nuestro días, con miles de cámaras siguiendo cada cita, atentas a cada diminuto detalle.

La historia del partido es la que sigue: los Lakers derrotaron a Vancouver 95-82, vengándose de las declaraciones de George Lynch, un ex de los angelinos venido a menos intentando acaparar protagonismo. Resulta que Lynch, jugando en el peor equipo de la liga, se permitió analizar en un artículo el juego de los Lakers como inferior al del año anterior (con él en el roster), puntualizando que tenían talento pero les faltaban jugadores encargados de la intendencia, vitales para ganar partidos. Desde luego su análisis no estaba muy alejado de la realidad, pero lo único que logró fue motivar a la indolente tropa de Harris, que por supuesto colgó el articulito en sus respectivas taquillas. Con todo, tampoco es ésta la curiosidad por la cual estamos aquí, la que ha desencadenado esta entrada del blog.

Dentro de la estadística del partido llaman poderosamente la atención (aparte de los 31 puntos y 12 rebotes de Shaq, un día más en la oficina) las 23 asistencias que repartió Van Exel. El talento de Nick fue siempre indudable, y su habilidad para el pase importante (en todas las temporadas en las que superó los 36 minutos en pista se situó entre las 8 y las 9 asistencias por noche). Pero aquella no estaba siendo una gran temporada para él, y su explosión creativa sorprendió a propios y extraños (incluidos los que presenciaron aquel partido). Supongo que las sospechas comienzan a invadir vuestras cabecitas, al igual que las de todo el mundo en aquel día del invierno de 1997.

No voy a ser cruel ni a manteneros en ascuas: el enigma halló su resolución en la misma persona que lo ocasionó. Resulta que el tipo encargado de la mesa del marcador aquella noche en Canadá era un fanático de los Lakers (algo nada extraño por otra parte) que decidió divertirse y de paso echar una mano a uno de sus jugadores favoritos, en un acto lamentable y desleal para con la pureza del deporte. El individuo en cuestión llegó a reconocer que contó como asistencia la práctica totalidad de los pases del point guard angelino a un compañero vagamente cercano a armar el brazo para efectuar un tiro. Si las reglas NBA ya son bastante más agradecidas que las Europeas en el tema de los pases a canasta, contando además con la ayuda del tío de la mesa Van Exel logró su tope de carrera: 23 obsequios entregados. Una violación en toda regla a la cultura del box score, el mismo que muchos aficionados, sin posibilidad de ver los partidos, consultábamos en aquellos últimos años del S XX como si de la piedra filosofal se tratara.

Con el desarrollo actual de Internet y la enorme cantidad de retransmisiones disponibles un fraude como el anterior sería ya difícilmente posible, pero lo cierto es que en el resumen de la trayectoria de Nick The Quick figuran en un lugar destacado esas 23 asistencias bajo sospecha que un admirador decidió regalarle aquel día en Vancouver...

martes, 3 de julio de 2012

El viejo León humilla al aspirante.



Verano de 1995. Tras caer eliminado en las semifinales del este ante los Orlando Magic de Shaquille O´Neal y Penny Hardaway en su vuelta a las canchas tras la primera retirada, Michael Jordan recupera su nº 23 de siempre y dedica el periodo estival a entrenar explorando sus límites físicos, alimentado por su eterno orgullo de campeón. El resto de la liga había vislumbrado la debilidad en el caníbal que les había atormentado durante el primer three peat de los Bulls, y las bravuconadas se sucedían entre los rivales de Air. Especialmente curiosa resultó la que será el leit motiv de este artículo.

En aquella temporada 1995/96 aterrizaba en la liga Jerry Stackhouse, seleccionado por los Sixers de Philadelphia en la tercera posición del draft. Escolta, anotador, 1.98, North Carolina: todos los ingredientes necesarios para considerarle el enésimo sucesor de Jordan. Aquellos comentarios envalentonaron al rookie, que comenzó a fanfarronear acerca de su superioridad sobre Michael durante las prácticas de verano a las que fue invitado por Su Majestad del Aire. Jordan escuchó detenidamente las declaraciones de Stack, y aguardó el momento de rendir cuentas...

Resultó que también Vernon Maxwell (extraordinario defensor y antiguo enemigo de Mike) figuraba en el roster de aquel equipo de Philly, así que Jordan podría matar ese día dos pájaros de un tiro. Y así se fueron tachando fechas hasta el 13 de enero de 1996. Los que compartían vestuario minutos antes del inicio del duelo cuentan que el #23 andaba como un león enjaulado, deseando saltar a la pista y responder al desafío.

El joven Stackhouse no tuvo tiempo de arrepentirse de sus rumbosos comentarios. Jordan fue a por él y a por Maxwell desde el primer minuto, humillándoles tanto en fase defensiva como en fase ofensiva. La agresividad del escolta de los Bulls dejó a Stack en 13 puntos con un flojo 4/11 en tiros de campo. Y qué decir de Maxwell, que acabó la noche con 4 puntos anotados en una pírrica serie de 1 acierto en 8 intentos. Pero lo verdaderamente grandioso llegaría con la exhibición en ataque de Air: 48 puntos y 10 rebotes en 34 minutos de juego, con una fantástica tarjeta de 18/28 en tiros de campo (incluyendo un 5/7 en triples y un 7/7 en tiros libres). Con los Sixers vapuleados ya al final del tercer cuarto, Jordan se sentó en el banquillo con hielo en sus rodillas para no jugar un solo minuto del último parcial.

Humillados en su propia cancha, los de la ciudad del amor fraternal acabaron cayendo por 27 puntos, mientras los Toros mantenían su rumbo hacia la mejor regular season de la historia de la NBA. Y Jordan acabaría el día con dos cadáveres más en su taquilla...

http://www.youtube.com/watch?v=gUMHZbvnMAA

lunes, 2 de julio de 2012

Instant Classics: Mr L hunde a los Pacers




La temporada 2011/2012 ha tocado a su fin y, pese a que los Juegos Olímpicos nos devolverán en breve nuestra dosis necesaria de buen baloncesto, habrá que esperar al lejano mes de Noviembre para volver a disfrutar con partidos oficiales de la mejor liga de basket del mundo. Desde aquí vamos a tratar de hacer menos áspera la espera, y qué mejor para ello que ir recordando partidos o jugadores que han llamado la atención de este humilde escritor durante su periplo siguiendo la NBA. Intentaremos con todas nuestras fuerzas que estos pequeños viajes al pasado merezcan la pena.

6 de Junio de 1999. Última ronda de la conferencia este. Tras su inesperada aparición en las finales ante los Spurs el año anterior, los Knicks de Jeff Van Gundy buscan repetir presencia en el último estadio de la guerra por el anillo, con un equipo similar al que salió escaldado ante el rodillo tejano. El enemigo: los Indiana Pacers de Jalen Rose, Mark Jackson, Dale Davis, Rik Smits y sobre todo Reggie Miller, el enemigo público nº1 del Madison Square Garden.

Con la serie empatada a 1 los Pacers visitan el mítico Madison, la catedral de la capital del mundo. Últimos suspiros del partido. Pese a la mala noche de Miller,  los Pacers mandan 89-81 gracias a la gran dirección de Jackson y a la exhibición del gigante holandés Smits en ataque. Los neoyorquinos se agarran desesperadamente al partido, acaudillados por Larry Johnson y un enorme Marcus Camby desde el banquillo, con Houston y Sprewell secundando el horrible partido de The Killer.

La defensa de los Knicks ahoga a los Pacers, que no logran anotar durante 3 minutos, mientras sus rivales se acercan poco a poco. La remontada comienza con un triple de Childs y 2 tiros libres de Camby acaban poniendo el 89-88 en el electrónico, tras los tiempos muertos de Van Gundy exigiendo una defensa rabiosa y ataque rápidos y agresivos al aro. Falta y tiros libres para Mark Jackson (ex de los de NY): 91-88 para Indiana. El Garden está que arde, con sus apasionados fieles enfervorizados.

El coach de los Bockers diseña el último ataque con dos posibles ejecutores: Allan Houston y Larry Johnson. El equipo pone el balón en juego con maneras anárquicas, sin orden ni concierto pese al tiempo muerto, y apunto está Jalen Rose de culminar el robo. Pero la caprichosa pelotita naranja llega a manos de Mr L, que inicia una serie de amagos ante Antonio Davis para crearse el tiro, y acaba levantándose para clavar el triplazo más falta personal a 5 segundos del final. Johnson convertiría también el adicional y esa mítica jugada de 4 puntos daría a los Knicks la victoria, tras un infructuoso último intento de un Jackson acosado por la defensa en jauría neoyorquina. 91-92. 26 puntos con la firma del tipo con la casaca #2.

La polémica alrededor de la jugada caldeó el ambiente durante días (ciertamente la falta parece ser anterior al tiro) y los Bockers acabarían perdiendo aquellas series y con ellas su billete a la gran final, pero la jugada de Grandmama Johnson pasaría a la historia junto a su poderosa celebración formando una L con sus brazos.

http://www.youtube.com/watch?v=oJLDI0VSZOM&feature=related

Our time now...

"Takin´a chance for one another

Finally it´s our time now..."

Ha llegado el momento, la hora de que una franquicia eternamente perdedora mire al futuro con optimismo, como lo haría un claro contendiente al título de la NBA. Tras años siendo el hazmerreír de la liga, los Clips han construido un proyecto atractivo que además ha sufrido este año el doloroso pero necesario batacazo de aprendizaje en los playoffs. En la jungla de la postemporada no hay piedad... y esta lección les fue impartida a los Clippers de mano de un equipo veterano, capaz de medir esfuerzos en la temporada regular con la vista puesta en llegar en la mejor forma posible a los momentos decisivos. Los Spurs arrasaron 4-0 al hermano pobre de Los Ángeles, incapaz de hallar soluciones con Chris Paul muy tocado y Griffin a merced del veterano Tim Duncan. El palo fue duro, pero el futuro pinta prometedor.

Blake Griffin afrontará a partir del mes de Noviembre su tercera temporada como profesional. La experiencia de sus primeros playoffs resultó impagable para el monstruoso ala-pívot, una esponja que va sumando conceptos nuevos a su juego para combinarlos con su prodigioso potencial físico. Tener a Chris Paul al lado va a ayudar mucho al chaval, que tiene en el base All Star un ejemplo impagable de liderazgo y decisión en los minutos calientes de los partidos. La pareja Paul-Blake está llamada a erigirse en alternativa real a los poderosos Oklahoma City Tunder en la lucha por la supremacía en la conferencia oeste.

Además, para unirse al dúo vuelve a casa este verano el hijo pródigo: Lamar Odom cierra el círculo y retorna al equipo que le drafteó allá por 1999, cuando le cayó la etiqueta de nuevo Magic Johnson. Tras la mala experiencia en Dallas, a donde llegó rebotado de unos Lakers que pretendieron utilizarle como moneda de cambio en un hipotético traspaso para lograr al propio Paul o a Dwigth Howard, Odom parece aterrizar con ganas y optimismo en el floreciente roster Clipper (que cuenta además con DeAndre Jordan como pívot defensivo, y el talento de Caron Butler en la posición de 3 entre otros), al cual ayudará y mucho con su gran versatilidad y experiencia (la que le da los dos anillos ganados con los enemigos Lakers). Los Clippers de principios del siglo XXI sumaron seguidores por su estilo desenfadado y jugadores espectaculares entregados a la cultura gangsta. Molaban... pero no ganaban. Ahora el alero de Queens se une a una tropa que ya el año pasado volvió a los playoffs, llamada a pelear por los logros máximos.

No hay excusas, ya no vale con estar entre los 8 mejores de la costa oeste... el tiempo del hermano pobre ha llegado.

miércoles, 27 de junio de 2012

El tórrido verano en la Gran Manzana...

Es ya una sufrida costumbre entre los aficionados de los Knicks: el equipo cae en primera ronda de los playoffs (eso si llegan a clasificarse para la postemporada) y la verdadera diversión llega en el verano, con los rumores acerca de la composición de una nueva plantilla ilusionante, que al fin sacará a los Bockers de la penumbra y les devolverá a la senda de grandeza que marcaron los anillos de los años 70. Atrapados en este bucle sin fin (salpicado con apariciones de histriónicos personajes como el Isaiah Thomas antaño dirigente, ahora consejero en la sombra) penan los aficionados del Garden, esperando ese roster que devuelva verdaderamente a sus amados Knicks  a la élite de la NBA.

Verano de 2012: entre los actores principales solo Carmelo Anthony, Amare Stoudemire, Tyson Chandler, Toney Douglas y el rookie volador Iman Shumpert tiene contrato para varios años. J.R Smith, Jeremy Lin y el tirador Steve Novak están cerca de prorrogar su vinculación para unirse a ellos (los dos últimos tras una polémica decisión de arbitraje).

Toca agitación en los despachos. Con el coach Woodson renovado (pese a no ser ni de lejos la primera opción, algún día sabremos si se habló o no con Phil Jackson), la incapacidad del equipo a la hora de competir en los playoffs debería provocar cambios en la constitución de la tropa. Empezando por el dúo Melo-Amare, que ha consolidado todas las sensaciones que apuntaban a su total incompatibilidad en la cancha. El bagaje del talentoso ala-pívot en la serie ante los Heat deja como high light absoluto la destrucción de un inocente extintor del pabellón de Miami. Qué culpa tendría el famoso artilugio...

Luego está el milagro Lin. El base californiano (de ascendencia taiwanesa) se convirtió durante unos meses en la imagen de los Knicks y casi de la NBA. Luego llegó la lesión y la vuelta a la normalidad, con Anthony dirigiendo el cotarro. ¿Será capaz Jeremy de mantener el gran nivel de anotación de esos 35 partidos?, ¿podrá completar con éxito la transición de máquina de perder balones a base fiable?.

Llega la época estival y, casi 40 años después de las celebraciones de 1973,  se mantienen los interrogantes en torno a la mítica franquicia que, pese a todo, no pierde su brillo fascinante. Bienvenidos al mundo de los Knickerbockers...

sábado, 23 de junio de 2012

Special guests.

Es difícil apartar la mirada del Big Three cuando se analiza a los Miami Heat. Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh son all stars perennes, tres jugadores en la élite de la liga cuyo brillo oculta al resto de un roster muy justito para más inri. Pero la gran diferencia en estas finales entre Heat y Thunder ha llegado de donde menos se esperaba, de los secundarios de Spoelstra. Ver para creer.

Todos señalábamos a James Harden como el factor X de la serie... y los gregarios de South Beach nos han dejado con un palmo de narices. De memorable deben calificarse las finales de Shane Battier. La leyenda de Duke, integrante de la clase media durante toda su trayectoria en la liga (desde que aterrizó en Memphis junto a un largilucho español natural de Sant Boi), el yerno perfecto... ha promediado 11.6 puntos por partido con unos porcentajes de acierto asombrosos, y en los dos primeros duelos sus certeros triples fueron puñales directos al corazón de los chavales de Oklahoma.

Menos regulares pero también decisivos han resultado Mario Chalmers y Mike Miller para los campeones. Los 25 puntos del point guard de Kansas en el cuarto partido dejaron a los Thunder al borde de una sentencia que les llegaría un par de días después, tras los 23 puntos y 5 rebotes del tirador que ya jugara en Florida durante su etapa universitaria. Intrascendente durante todo el año, el bueno de Miller pareció esperar agazapado los 6 meses de temporada hasta el momento grande, el partido del anillo. Sus 7 triples de 8 intentos acribillaron a los de Scott Brooks.

Lebron, Dwayne y Chris son los nombres más repetidos estos días en la NBA, pero los de Shane, Mario y Mike no deberían irles a la zaga. Ellos tiene mucha culpa de que El Rey haya acabado ocupando su trono...

 Mike Miller Miami Heat Forward Shane Battier #31 of the Miami Heat celebrates with teammate Mike Miller #13 against the New York Knicks in Game One of the Eastern  Conference Quarterfinals in the 2012 NBA Playoffs  on April 28, 2012 at the American Airines Arena in Miami, Florida. The Heat defeated the Knicks 100-67. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.