miércoles, 3 de octubre de 2012
La penúltima bala de Beasley...
Beasley se muda, con su talento y sus problemas a cuestas. De la fría Minnesota al árido desierto de Arizona. Los nuevos Phoenix Suns, en reconstrucción total, van a necesitar de la mejor versión de su nuevo 3-4 si desean completar una temporada decente.
La historia de Michael la conocemos todos: nº2 del draft de 2008, ya en los meses previos a su reclutamiento por los Miami Heat corrieron ríos de tinta acerca de sus problemas de estabilidad y concentración. Esas lacras le han impedido desarrollar una trayectoria profesional acorde a sus inmensas posibilidades.
Alero de 2,08 metros y 108 kilos de peso, el rango de tiro y la movilidad de Beasley le convierten en un peligro ofensivo de primer orden. Así lo demostró a rachas en los Heat (13.9 puntos por noche en su año rookie, saliendo desde el banquillo. 14.8 puntos y 6.4 rebotes como promedios en su segundo año) y en su primera temporada en unos perdedores Timberwolves (19.2 puntos y 5.6 rebotes por noche). Capaz de atacar el aro con violencia o anotar desde la línea de 3 puntos con muy respetables porcentajes de acierto, los problemas para el ex de Kansas State llegan en facetas relativas a la regularidad y a la ética de trabajo. Ejemplo claro es su desempeño defensivo, prácticamente nulo hasta ahora cuando, por sus condiciones físicas, debería aportar mucho más en las vertientes reboteadora y taponadora.
La pasada temporada problemas de lesiones y de nuevo una de sus habituales desconexiones impidieron a Beasley dar continuidad a su buen primer año en los Wolves, para acabar aportando 11.5 puntos, relegado a la segunda unidad por Rick Adelman. Enésima oportunidad de confirmación perdida, y traspaso a los derruidos Phoenix Suns.
Con la salida de Steve Nash rumbo a los Lakers nada queda ya de los impactantes Suns del Run & Gun, que luchaban por el cetro de la conferencia oeste hace unos años. El nuevo equipo de Alvin Gentry se presenta como una oportunidad idónea para tipos como Goran Dragic o el protagonista de nuestra entrada, jugadores con talento pero que necesitan dar un golpe sobre la mesa y encontrar su sitio en la mejor competición de basket del planeta.
Penúltima bala para Michael, en una escuadra sin grandes pretensiones a priori. Ecosistema ideal para volver a ese sendero hacia el estrellato que la mayoría pensamos que ya nunca retomará...
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