miércoles, 25 de julio de 2012

Volver a empezar...

"Es el mejor momento, sentir, cambiar de nombre tantas cosas y olvidar algunas caras en el cementerio del pasado"

Todos pasamos por etapas de reconstrucción en cualquiera de las múltiples áreas de nuestras vidas, ya sean originadas por nosotros mismos (en busca de seguir adelante, rompiendo con el pasado), impuestas por el entorno o por una mezcla de ambos factores.

Pero olvidemos el envoltorio impregnado de aires trascendentes de la entradilla anterior y de la cita que abría este post (fragmento de una canción del genial grupo Deluxe) para centrarnos en el baloncesto, razón de ser del blog. Lo que no abandonaremos es esa dirección emprendida, esa reconstrucción que nuestro protagonista necesita más que nunca tras temporada y media transitando por la oscuridad, por los bajos fondos de la NBA. Los Nets cambiaron de dueño y ahora lo hacen de nombre, de ciudad y de pabellón. Una era de renovación y nuevas ilusiones les acompañará en su llegada a Brooklyn, y la parte más beneficiada de todo ello será su gran estrella, el tipo llamado a liderar la nave del multimillonario ruso Prokhorov.

Desde que un extraño desencuentro con Jerry Sloan en Utah originara su traspaso rumbo a New Jersey, Deron Williams venía actuando fuera de foco, con poca motivación y nulas esperanzas de regresar al gran baile de la temporada: los playoffs. La escuadra de la otra orilla del Hudson es un desastre absoluto casi desde los años dorados de las 2 finales con Jason Kidd al frente, y D-Will no mostraba ganas de emprender la titánica tarea de convertir su banda en un grupo mínimamente competitivo. Hasta que llegó el ruso con sus millones y lo cambió todo.

Ahora los Nets competirán con los Knicks por el respeto de Gotham, con una nueva escuadra rearmada a base de exhibiciones de talonario rayando la obscenidad. Williams dirigirá una orquesta con piezas ofensivas de la talla de Joe Johnson, Brook Lopez, Mirza Teletovic o el sophomore MarShon Brooks. Añadiendo la ayuda en defensa y rebote de los renovados Gerald Wallace y Kris Humphries, más la interesante adquisición de C.J Watson, los Nets tienen muchas opciones de retornar a la postemporada (y eso a la espera de posibles nuevas llegadas como la de Kirilenko), hábitat natural de un prodigioso talento como el de Deron.

100 millones firmados por 5 temporadas, hora de echar raíces y volver a los debates en torno al cetro de mejor playmaker del planeta basket (por el que competía junto a Chris Paul no hace mucho) que ahora se disputan el pequeño general de los Clippers y Rajon Rondo, líder absoluto de unos Celtics empeñados en burlar a la vejez.

Deron saluda a Brooklyn y al resto de la NBA, gritando a los cuatro vientos su retorno a la picota de la liga.

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