lunes, 9 de julio de 2012

American Idol.



"Le he dicho a Kobe que es mi ídolo, lo digo en serio, ha jugado fenomenal. Creo que es sin duda el mejor jugador de la liga".

Las palabras con las que comenzamos esta entrada ya resultarían destacables con independencia de su autoría. Pero si descubrimos que fue Shaquille O´Neal (por entonces enemistado con Bryant) el tipo que las enunció, su valía se incrementa exponencialmente para definir la gesta del escolta de los Lakers en aquel partido de los playoffs de 2001. Si además apuntamos que el rival de los californianos aquel día eran ni más ni menos que los San Antonio Spurs de Tim Duncan, el halo de momento histórico de postemporada enmarcará para siempre la exhibición del por entonces #8 angelino.

Los Lakers de Phil Jackson habían tenido una campaña algo convulsa tras ganar su primer anillo desde tiempos de Magic Johnson. La guerra por la supremacía (ya no dentro del equipo, sino en toda la NBA) entre el guard y el center había acompañado toda la travesía de la tropa, que acabaría la regular season con un record de 56-26: insuficiente para arrebatar el factor cancha a equipos como el tejano.

Y, tras aplastar a Blazers y Kings por el camino, el rodillo californiano se cruzaba en el camino de unos confiados Spurs en las finales del Oeste. Razones tenían los marines de Popovich para anticipar el desastre que se avecinaba: Bryant había promediado 37,7 puntos en los duelos de temporada regular ante una de las mejores defensas grupales de la competición.

Si en el choque anterior el escolta nacido en Philadelphia había endosado ya 48 puntos y 16 rebotes a los Sacramento Kings, a las primeras de cambio la inspiración de Kobe iba a hacer saltar por los aires la ventaja de campo de los del Álamo. Festival total de fade-aways, rectificados e invasiones imparables de una zona patrullada por Tim Duncan y David Robinson, para acabar la batalla con 45 puntos y 10 rebotes (en una serie de 19-35 en tiros). Los 36.068 aficionados presentes en el colosal Alamodome no pudieron más que presenciar el impecable trabajo en defensa de los Lakers y las furiosas acometidas de Bryant en ataque. Ninguna opción para su equipo, más allá de una pequeña remontada que les acercó a 9 puntos de los visitantes a falta de 5 minutos para el final, aprovechando una pequeña pájara rápidamente sofocada por los de púrpura y oro.

Resultado final de 104-90 para los Hollywoodenses (que acabarían endosando un humillante sweep a los Spurs) y 93 puntos de Kobe en dos partidos consecutivos de las eliminatorias por el título, brutalidad nunca vista desde tiempos de Mike.

"Es el Nº23, podéis escribirlo, sé perfectamente lo que digo", declaraciones de Horace Grant, el que fuera compañero de Jordan en los Chicago Bulls, tratando de explicar a los medios sus sensaciones ante la obra maestra de su compañero. Más allá de comparaciones innecesarias, con noches como aquella del 19 de Mayo de 2001 ha ido edificando Bryant su leyenda, la de uno de los mayores talentos de la historia de nuestro deporte. Un genio que, 11 años después, sigue castigando los aros rivales sin piedad...

http://www.youtube.com/watch?v=JkvpnmAk2xU

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