3 veces MVP de la liga regular, 29.9 puntos, 9.10 rebotes y 5.3 asistencias como apabullantes promedios en estos playoffs... y al borde de la eliminación. Lebron James, el rey sin corona, se enfrenta esta noche a uno de esos retos mayúsculos que definen la carrera de un jugador especial. La calidad y exhuberancia de The Chosen One nunca han estado en discusión. Su faceta de clutch player es ya otra historia...
Tras el triple de Pierce ante la defensa de James (una muesca más para The Truth, siempre en la vanguardia durante los momentos calientes de los partidos), Boston tiene la oportunidad histórica de cargarse a los favoritos Heat en el Garden, y plantarse de nuevo en las finales. Doc Rivers y sus jugadores, perros viejos de postemporada todos ellos, identificaron enseguida el agujero interior del donut que son los Heat sin Chris Bosh. Y Garnett (excelso durante todo el año) está castigando a los Beach Boys con un torrente de puntos y rebotes ante el que nada puede hacer Udonis Haslem.
Con Wade preso de la irregularidad en estos playoffs (quién sabe si tocará partidazo o batacazo de Flash, que incluso registra picos y valles de rendimiento exageradamente pronunciados en los distintos cuartos de un mismo choque) y Bosh buscando su ritmo tras volver de la lesión, James debería erigirse en salvavidas de los de Spoelstra, en busca de una última bala en su pabellón. Enfrente el mejor point guard del momento, un alero preparado para decidir, un ala-pívot con un corazón más grande que todo el estado de Massachussets y toda la parroquia Celtic, deseosa de empujar a la tropa en pos de una última aventura de su vetusto Big Three en busca del anillo.
Un rey en el alambre... la hora de los valientes.
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