Tras la victoria de los Heat en el primer partido de la serie por aplastamiento, Lebron James tiró de modestia en sus declaraciones post partido, elogiando a los Celtics pese al tremendo desfallecimiento físico de los visitantes (agotados tras la exigente serie frente a Philadelphia). The King sabía lo que todo el mundo del baloncesto sabe: no conviene provocar o dar por muertos a los de Massachussets, seguramente la organización más orgullosa de toda la NBA.
Tras perder el segundo partido en Florida con prórroga de por medio, la serie viajaba al Garden con los Celtics 2-0 abajo, una losa de titánico peso ante la tropa acaudillada por James y Wade. Pero en el parquet old school bostoniano se ha producido el milagro y, tras el fallo del escolta de los Heat en el triple decisivo, la final del este marcha igualada a 2 victorias. Salvados por la campana (la tremenda remontada de Miami en el cuarto partido, levantando una desventaja que llegó a ser de 18 puntos, a punto estuvo de culminar antes incluso del tiempo extra), y por su playmaker una vez más.
Ya nos hemos quedado sin adjetivos para ponderar los playoffs de Rajon Rondo. Ayer, de nuevo con Pierce eliminado por faltas en los minutos finales, el floor general de los Orgullosos Verdes tomó el mando junto a Garnett (valiosísima su labor reboteadora durante la prórroga) para acercar a su equipo a la victoria. Los últimos 3 puntos de los celtas llevaron la firmar del #9, que firmó una tarjeta de 15 puntos y 15 asistencias.
Nada de lo anterior hubiera resultado válido de aprovechar Miami alguna de sus balas para llevarse el partido, y dar de paso un golpe mortal de necesidad a la serie. Pero, para algarabía de los amantes del baloncesto, las hostilidades se mantienen al rojo vivo en la lucha por el cetro del este. La Rebelión Verde continúa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario