martes, 12 de junio de 2012

Lo confieso: soy fan del Chacho

Si amigos, no soy ciego: sé que Sergio Rodríguez es un base flojo defensivamente, discontínuo en su juego y con un tiro exterior mejorable. Y puedo entender que un amplio sector de entrenadores desconfíen del canario a la hora de entregarle el timón del equipo (caso de McMillan en los Blazers, por poner un ejemplo).También soy el primero que jura en arameo cuando se queda en un bloqueo y el point guard rival le supera con facilidad... pero, con todo, soy un fan del Chacho.

Jugadores tan especiales como Sergio no aparecen todos los días. En su salto a la primera plana, en el Europeo Junior de 2004, nos dejó a todos con la boca abierta, alucinados para siempre con el descaro del chaval al mando de la selección. España ganó la medalla de oro y Rodríguez se coronó MVP del torneo, regalando pases que sólo su cabeza era capaz de imaginar.


Su carrera no ha cumplido ni de lejos con las expectativas que generó tras aquel Europeo. 3 temporadas ACB con Estudiantes y otras 4 en la NBA (3 con Portland en el ostracismo y una última instrascendente, a caballo entre los Sacramento Kings y los New York Knicks ), para acabar volviendo a Europa a jugar en el Real Madrid de Ettore Messina.

Tal vez el fallo de valoración sea de base: El Chacho no es un tipo regular. Rodríguez es un genio de fogonazos deslumbrantes, que nos ha ido obsequiando con joyas varias a lo largo de su carrera. Aparte del citado Europeo Junior y de muchos otros partidos, hay una actuación del prestidigitador canario que nunca se borrará de mi memoria: un partido NBA contra los Denver Nuggets de Allen Iverson y Carmelo Anthony en la temporada 2006/2007. El base, por aquel entonces de los Blazers, revolucionó el choque chuleando a un mito como The Answer con 23 puntos y 10 asistencias, varias de ellas auténticas obras de arte.

http://www.youtube.com/watch?v=YcqJ1sBLfU8ç

Y ese Sergio genial, sobrado en su evoluciones sobre la pista a poco que la confianza esté de su lado, ha vuelto a aparecer con un  brillo cegador en estos playoffs de la Liga Endesa. Añadiendo a su inagotable talento en el pase un acierto en los triples más propio de un videojuego, El Chacho desmontó primero al Caja Laboral, y ahora está jugueteando con todo un Barcelona Regal en la finalísima. Jugadas como la del tercer partido, pasándose el balón por la espalda en una vistosa filigrana antes de dar la enésima asistencia, dan a entender lo que es el playmaker de Pablo Laso: un genio que juega igual en un playground de Santa Cruz de Tenerife que en el Palacio de los Deportes de la capital, ante 13.000 ojos y con la liga en disputa.

Por exhibiciones de puro talento como las de los vídeos y relatos de esta entrada lo digo alto y claro: soy fan del Chacho y siempre acudo a su llamada, expectante ante qué nueva locura será capaz de imaginar...



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