viernes, 9 de marzo de 2012

Un guía para la peregrinación.

La salida de Lebron fue un drama titánico para los Cavs. El autoproclamado Elegido, nacido en Ohio, era el orgullo ya no de la franquicia sino de todo el Estado, y su televisada decisión (esperpéntico y chabacano espectáculo) de hacer las maletas rumbo a la soleada Florida resultó ser un golpe demoledor para Cleveland. Tras años plegados a las exigencias de James, con equipos construidos en torno a él que habían puesto a los Cavs de nuevo bajo los focos, tocaba empezar de cero y emprender una larga peregrinación por el desierto.

La primera campaña de la era post-James se saldó con unas pírricas 19 victorias que aseguraban una buena elección en el draft para mitigar las penas. Dicha elección resultó ser la Nº1, y los Cavaliers la gastaron en Kyle Irving, cumpliendo todos los pronósticos.

La elección del base de Duke presentaba riesgos evidentes: Irving se había pasado casi toda la temporada 2010/2011 en el dique seco, hecho que colocaba interrogantes sobre su evidente potencial...Por no hablar del peso de la alargada sombra de James, enorme carga sobre los hombros del novato.

La respuesta de Irving ante el reto ha sido espectacular. Liderando a los Cavs con la ayuda de un Jamison que parece haber arreglado un pacto con el diablo, el más que seguro Rookie del año está metiendo 18.6 puntos por partido con un fantástico acierto en los tiros (48%). Además reparte 5.2 asistencias por noche y asume las posesiones decisivas con un acierto a la altura de las estrellas más rutilantes de la NBA. El último ejemplo lo vivimos en el partido ante Denver, con Irving recorriendo toda la cancha para anotar la canasta de la victoria con una tremenda bandeja en rectificado. Y, para coronar la hazaña, el equipo es una de las sorpresas agradables de la liga en este curso. Acaudillados por su genial rookie, han ganado ya 14 partidos y están a 4 del último pasaporte para los playoffs de la conferencia este.

Con un mesías como Kyle guiando a la tropa el más duro viaje por el desierto se transforma en un agradable paso bajo el sol. Hoy pocos fans en Ohio añoran al Rey...Ahora tienen en casa al nuevo Príncipe de la NBA.

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