martes, 14 de febrero de 2012

El ganador insaciable.

Son ya 15 temporadas de Kobe Bryant en la liga. Desde su temporada rookie el genio de Philadelphia ha dejado siempre clara su ambición, en ciertos momentos tal vez mal enfocada, de tratar de ser el MEJOR con mayúsculas... Desafiando permanente sus límites y los de su deporte.

Muescas de este espíritu ganador se acumulan en su carrera: los 5 anillos de campeón, los 2 MVPs de las Finales, el de la liga regular, las 14 nominaciones al All Star Game (con 4 MVPs del partido de las estrellas), las 9 inclusiones en los mejores quintetos globales y defensivos,  los 81 puntos desafiando el eterno record de Chamberlain... Todo da igual: a sus 33 años, el hambre de Kobe no se ha apaciguado. 2 episodios ilustran ese ansia de gloria de la Mamba Negra tan bien como todos sus logros individuales y colectivos, y ambos están separados por la friolera de 14 años...

All Star Game de 1998. Un adolescente Bryant es elegido para jugar su primer partido entre los más grandes de la NBA a sus 18 primaveras. Frente a él, en el equipo de la conferencia este, el mayor divo de la liga y para muchos de toda la historia del baloncesto: Michael Jeffrey Jordan. Al sophomore de los Lakers le toca encargarse en defensa del caníbal de los Bulls, que postea al pipiolo y trata de ridiculizarle con varios fade-aways marca de la casa, marcando de paso el terreno. La reacción del chaval sin embargo sorprende a todos los cracks de la competición: lejos de amedrentarse, el #8 (entonces sexto hombre en la rotación de los angelinos) busca a Jordan en ataque y, pese a fallar sus tiros, continúa luchando contra Air, lejos de la rendición. La tarjeta de Kobe en su primer All Star arroja finalmente 18 puntos, con malos porcentajes, pero el mensaje a la liga está lanzado: el nuevo talento de instituto es un peligro latente.


12 de febrero de 2012. Bryant sigue jugando para los de amarillo y púrpura, solo que ahora porta el #24 y es un veterano, el 5º máximo anotador de todos los tiempos ni más ni menos. Sus Lakers visitan a los Toronto Raptors y, con su equipo abajo a 4 segundos, la Mamba reclama la bola para anotar la canasta decisiva del choque. Hecho extraordinario para la mayoría de los jugadores, un día más en la oficina para un tipo que acumula innumerables milagros de este calado. Pero lo que más llega al que escribe acontece justo después.

Tras la canasta de Bryant, los de Toronto piden tiempo muerto para preparar jugada uno abajo con 4 segundos por jugarse. El base español Jose Manuel Calderón está on fire (ha anotado 30 puntos, entre ellos los últimos de su equipo, con tremendos porcentajes de acierto) y en el banco de los Lakers se distingue un líder entre la marabunta. Kobe lanza un mandato directo al coach y a sus compañeros : "yo me encargo de Calderón". Dicho y hecho: el equipo canadiense trata de buscar a su playmaker, pero la agobiante defensa del escolta angelino impide el pase, viéndose obligados a improvisar otra alternativa. Balón perdido y victoria Laker.

Los años pasan, los puntos se acumulan, las puertas del Olimpo se abren... pero una cosa se mantiene inalterable: el hambre del gran Kobe Bryant, el ganador insaciable.

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