Cuando los Miami Heat juntaron su fastuoso Big Three, todos identificamos con facilidad la pata más débil de un triunvirato que prometía anillos varios para la ciudad del estado de Florida ya desde su presentación: Chris Bosh, el jugador interior, era a priori el menos importante, eclipsado por el brillo de las otras 2 superestrellas. Pero aquella primera plantilla de la Dinastía Heat ( léase con sorna, nunca puedes prometer el segundo anillo cuando no has podido ni engarzarte el primero) contaba con elementos que, estando algunos al borde de la retirada, podían ser de utilidad dentro de la pintura. Hablamos de tipos como Haslem, Illgauskas o Dampier, que al menos aportaban kilos y faltas en la zona, factores de valor estratégico sobre todo en la guerra de los Playoffs.
Esta temporada los Heat se han encontrado en las semifinales del Este con 2 problemas de magnitud desconocida, y ante los que Spoelstra parece francamente bloqueado. El primero y fundamental son los Indiana Pacers, un equipo que ha asombrado a propios y extraños con un fenomenal juego en equipo impuesto por el joven coach Frank Vogel, que siempre predica la importancia del grupo por encima del individuo. Nadie daba un duro por los Pacers, pero el segundo de los reveses ha potenciado la peligrosidad de los del medio oeste: la lesión del Chris Bosh ha dejado el juego interior de los Heat en paños menores...y por la pintura de Indy transita gente como Roy Hibbert o David West. Blanco y en botella...
El hecho es que, sin el vilipendiado Bosh en pista (sobre todo para amenazar y sacar faltas a los gólems rivales, además de un trabajo en defensa correcto sin más), Indiana robó un partido en el American Airlines y, bajo la sombra de su colosal pívot jamaicano, se ha colocado 2-1 arriba en la serie al amparo de sus seguidores, en un estado en el que el basket es religión. Haslem, Turiaf y Joel Anthony se ven incapaces de resistir el poderío de Hibbert y la clase de West. Además, el perímetro de los Pacers (completísimo y de mucha calidad) está cumpliendo a la perfección, especialmente un George Hill espectacular desde el puesto de base titular.
Por si no habíamos tenido suficiente con el triunfo de Olimpiakos en la Euroliga, el baloncesto vuelve para enseñarnos que un grupo de buenos jugadores que creen en lo que hacen puede llevar al límite a las superestrellas ultrafavoritas.
El siguiente partido en Indianápolis se antoja vital para el devenir del duelo. De momento toca esperar...y amenizar la espera viendo una y otra vez los geniales tiempos muertos del coach Vogel. Baloncesto en estado puro.
Al final resulta que los Heat pueden echar de menos a Bosh que es al que mas se critica del Big Three. Lo cierto es que tal y como dices tu se les ha juntado la lesion con el no tener a nadie capaz de parar a los interiores de Indiana. Y hay como queden eliminados caeran cabezas, seguro que la de Spoelkstra y la de muchos jugadores de la plantilla...
ResponderEliminarLe están echando mucho de menos, sobre todo para atacar a West y Hibbert, desgastarles en defensa para limitarles en ataque. Y, cmo bien dices, si los Heat caen el verano va a estar muy calentito en Florida...el 4º partido pinta decisivo.
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