Los Lakers se han metido en un lío importante: su serie ante los Denver Nuggets, que llegaron a dominar 3-1, tendrá séptimo partido. Para analizar la debacle angelina en los dos últimos duelos vamos a abandonar la diplomacia y a derrumbar una vez más los pilares de gran parte de la prensa española que trata la NBA, chauvinista a más no poder la mayor parte del tiempo.
Durante esta temporada, coincidiendo con la eclosión definitiva de Andrew Bynum, tanto los periodistas nacionales como el jugador de Sant Boi (tímidamente este último) han abogado por un mejor reparto del juego de ataque de los Lakers, con más balones para los gólems interiores y menos protagonismo para un Bryant con 33 años ya. Desde luego que las reivindicaciones tienen su parte de razón: un equipo con dos tipos con el tamaño y talento de Gasol y Bynum debe aprovecharlos lo máximo posible, lo contrario sería pegarse un tiro en el pie. Pero el talento no siempre va ligado a la ambición, a la agresividad. Y estas dos características, siempre en su justa medida, son vitales cuando transitas por la jungla que son los playoffs.
En el 5º partido de la serie, derrota en el Staples Center, Bryant se marchó a 43 puntos, con 31 tiros de campo efectuados. Lo sencillo sería acudir al mantra del egoísmo de Kobe, tantas veces enarbolado en las derrotas de los de púrpura y oro. Sin embargo, cualquiera que vea el partido reparará en la falta de agresividad de los pívots angelinos en ataque, ante la que el escolta decidió tomar el control para tratar de lograr una victoria que hubiera cerrado la batalla. Y eso por no hablar de la fase defensiva donde, tras el excelente trabajo del #17 en los primeros partidos, unos limitados McGee y Faried confeccionaron un elegante traje a medida a los guardianes de la pintura hollywoodense.
Pero el más claro ejemplo de lo que tratamos de explicar llegó en el partido de ayer en Colorado. Con Bryant visiblemente indispuesto, era la hora de los juggernauts. Los focos señalaban a Gasol y Bynum como los encargados de someter a los Nuggets de George Karl y evitar un siempre espinoso 7º duelo.
El resultado vuelve a dejar en mal lugar a la dupla interior (magnífica durante gran parte de la temporada, que no es cuestión de quitar méritos). En defensa asusta la pasividad de los perros guardianes ante las penetraciones del diminuto Ty Lawson (exhibición total del eléctrico playmaker de Denver). Y en ataque...la nada absoluta.
De nuevo tuvo que ser un renqueante Bryant el que asumiera los galones en fase ofensiva pese a hallarse el límite de sus fuerzas. Pero de nada sirvieron sus 31 puntos (con 13/23 en tiros de campo), con Pau en 3 puntos y Andrew en 11...
Fundamental para los Lakers que sus dos gigantes abandonen el modo amable y vuelvan a dar su verdadero nivel. O las vacaciones de verano llegaran antes de lo esperado...
Que gran verdad has dicho. Al final se va a resolver en el septimo partido una serie que en otras circunstancias deberia haberse resuelto ya en favor de LAL. Cierto es que si tienes al denominado por muchos mejor juego interior de la nba y estos no rinden y se ven superados por un rookie (Faried) e incluso por un jugador "marginal" como Mozgov....
ResponderEliminarA este paso hacen a los pívots de Denver All Stars!! ahora, no le quito ningún mérito a George Karl, un verdadero genio...
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