Todos dábamos por muertos a los Lakers...y aún hoy muy pocos esperan que supongan una amenaza real para Oklahoma en la Conferencia Oeste, pero una cosa está clara: los angelinos no estaban muertos, y su última victoria ante los todopoderosos Miami Heat no hace sino confirmar tal punto.
La armas del imperio púrpura no han cambiado: con dos juggernauts como Bynum y Gasol por dentro acumulando dobles-dobles como el que respira y un genial Bryant liderando la NBA en anotación a sus 33 primaveras, la defensa ideada por el coach Brown funciona mejor cada día (los Heat de Lebron y Wade se quedaron en 83 puntos ante la maraña de manos de los californianos). Además, en la última semana parece que el inestable Metta World Peace se ha unido a la causa, aportando en ataque y siendo útil de verdad en defensa.
La racha en los últimos 10 partidos (8 victorias y 2 derrotas) coloca a los Lakers en plena lucha con sus vecinos Clippers por el liderazgo de la división pacífico y la plaza para postemporada parece ya un hecho semi-consumado. Así, siempre y cuando Pau no haga las maletas antes de la fecha límite para los traspasos, ningún equipo en su sano juicio querría cruzarse con un rival pegajoso, poderoso en casa (actualmente están en 17 triunfos y solo 2 derrotas en el Staples) y con un asesino del nivel de Bryant, siempre preparado para ajusticiar al rival de turno en los momentos decisivos. No estaban muertos amigos...nunca se debe ningunear a un equipo que sabe cómo ganar...
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