jueves, 4 de octubre de 2012
Jurassic Park: versión neoyorquina.
Ya es oficial, los New York Knicks 2012/2013 han completado la plantilla más veterana de la historia de la NBA. El fichaje de Rasheed Wallace, que vuelve tras retirarse acabadas las finales de 2010, lo ha hecho posible.
La lista de veteranos en los nuevos Bockers es interminable: Kurt Thomas (40 años), Jason Kidd (39), Marcus Camby (38), Rasheed (38), Pablo Prigioni (35)... cada unos de ellos con un rol diferenciado. Los 3 jugadores interiores deberán ayudar a la pareja titular que forman Stoudemire y Chandler, dándoles minutos de descanso de calidad. Camby demostró la pasada temporada en Portland que aún puede aportar rebotes y defensa durante 20 minutos, a Sheed habrá que verle tras tanto tiempo de retiro.
Los dos bases también llegan a la capital de mundo para complementar al presumible titular en esa posición: el hijo pródigo Raymond Felton. Contar con un veterano como Kidd en plantilla supone un valioso activo para un grupo que quiere volver a ser protagonista en postemporada, más allá de lo que Jason aporte en la pista: un tipo con 18 temporadas en la liga y 3 finales a sus espaldas tendrá siempre el mejor consejo, tanto para Felton como para el resto de compañeros, durante el duro tránsito por la jungla de los playoffs.
El caso de Prigioni es radicalmente opuesto. Los aficionados a la liga ACB sabemos que Pablo es un líder, un caudillo capaz de elegir siempre la mejor opción de pase y controlar a la vez todo lo que puede suponer un impacto en el partido (compañeros, rivales, árbitros, aficionados, el tipo que vende las palomitas...). Pero, pese a sus 35 primaveras y a su vastísima experiencia, no deja de ser un rookie en la mejor competición del planeta basket, y deberá ganarse el respeto de su equipo y del estamento arbitral gradualmente. No parece que Pablo vaya a contar con demasiados minutos de juego a priori.
Veteranía para volver a pisar las semifinales de conferencia, territorio vedado para los Knicks desde el año 2000. El anillo mejor ni mentarlo, pese al optimismo exacerbado de algunos integrantes del roster.
En el 40 aniversario del último de los dos títulos, los Knicks quieren volver a la picota de la liga, desde su particular Jurassic Park en la Gran Manzana.
miércoles, 3 de octubre de 2012
La penúltima bala de Beasley...
Beasley se muda, con su talento y sus problemas a cuestas. De la fría Minnesota al árido desierto de Arizona. Los nuevos Phoenix Suns, en reconstrucción total, van a necesitar de la mejor versión de su nuevo 3-4 si desean completar una temporada decente.
La historia de Michael la conocemos todos: nº2 del draft de 2008, ya en los meses previos a su reclutamiento por los Miami Heat corrieron ríos de tinta acerca de sus problemas de estabilidad y concentración. Esas lacras le han impedido desarrollar una trayectoria profesional acorde a sus inmensas posibilidades.
Alero de 2,08 metros y 108 kilos de peso, el rango de tiro y la movilidad de Beasley le convierten en un peligro ofensivo de primer orden. Así lo demostró a rachas en los Heat (13.9 puntos por noche en su año rookie, saliendo desde el banquillo. 14.8 puntos y 6.4 rebotes como promedios en su segundo año) y en su primera temporada en unos perdedores Timberwolves (19.2 puntos y 5.6 rebotes por noche). Capaz de atacar el aro con violencia o anotar desde la línea de 3 puntos con muy respetables porcentajes de acierto, los problemas para el ex de Kansas State llegan en facetas relativas a la regularidad y a la ética de trabajo. Ejemplo claro es su desempeño defensivo, prácticamente nulo hasta ahora cuando, por sus condiciones físicas, debería aportar mucho más en las vertientes reboteadora y taponadora.
La pasada temporada problemas de lesiones y de nuevo una de sus habituales desconexiones impidieron a Beasley dar continuidad a su buen primer año en los Wolves, para acabar aportando 11.5 puntos, relegado a la segunda unidad por Rick Adelman. Enésima oportunidad de confirmación perdida, y traspaso a los derruidos Phoenix Suns.
Con la salida de Steve Nash rumbo a los Lakers nada queda ya de los impactantes Suns del Run & Gun, que luchaban por el cetro de la conferencia oeste hace unos años. El nuevo equipo de Alvin Gentry se presenta como una oportunidad idónea para tipos como Goran Dragic o el protagonista de nuestra entrada, jugadores con talento pero que necesitan dar un golpe sobre la mesa y encontrar su sitio en la mejor competición de basket del planeta.
Penúltima bala para Michael, en una escuadra sin grandes pretensiones a priori. Ecosistema ideal para volver a ese sendero hacia el estrellato que la mayoría pensamos que ya nunca retomará...
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